La jueza mostró su descontento por el desplazamiento de lo penal a lo civil y manifestó que»la justicia debería ser independiente».
Mariana Mota asumió este viernes en su nuevo cargo como jueza civil, tras la polémica que generó su traslado, y luego que una marcha en su apoyo terminara por parte de la policía con el desalojo del edificio de la Suprema Corte de Justicia.
La apatía por esa designación, y su consiguiente desplazamiento de la esfera penal, donde atendía numerosos casos de DDHH, fueron los puntos que marcaron la tónica de su asunción. También juraron otros diez jueces en el mismo acto.
Luego de haber tomado los juramentos y tomas de mando, los magistrados se saludaron y felicitaron con un beso, mientras que Mota se limito solo a saludarlos con un apretón de manos y se la observó cabizbaja.
El acto de toma de mando y juramento correspondientes no pudieron realizarse en el horario previsto debido a la presencia de unos 300 manifestantes los cuales se agolparon para protestar dentro de la Suprema Corte de Justicia.
Desde el mismo organismo se debió llamar a la policía para que desalojaran a las personas allí presentes.