Un mes después de su elección, el Papa Francisco nombró un grupo de ocho cardenales de diferentes continentes para que lo asesoren en la reforma de la Curia Romana. La burocracia del Vaticano ha sido criticada por lo que se considera una respuesta lenta a una serie de escándalos, especialmente el abuso sexual de menores por parte de curas, así como escándalos financieros.
Sólo uno de los ochos cardenales nombrados es actualmente funcionario del Vaticano.
El grupo está formado por el gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal italiano Giuseppe Bertello, el arzobispo emérito de Santiago de Chile, el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, el arzobispo de Bombay, Oswald Gracias, el arzobispo de Munich, Reinhard Marx, el arzobispo de Kinshasa, Laurent Monsengwo Pasinya, el arzobispo de Boston, Sean Patrick O’Malley, considerado uno de los cardenales más comprometidos en la lucha contra los sacerdotes pederastas, y el arzobispo de Sidney, George Pell.
El arzobispo de Tegucigalpa, Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, será coordinador del grupo y el obispo de Albano, una diócesis en la provincia de Roma, Marcello Semeraro, será el secretario. El Consejo celebrará su primera reunión en octubre.