Qué pasa con el Baby-Fútbol, está tan bien como lo pinta ONFI

Los chicos de las categorías 2003 – 2002 de Valdense – Nacional, conforme a la buena voluntad de ambas instituciones, terminaron completando la fecha que se inició el fin de semana pasado, y que se suspendió parcialmente por falta de jueces, -que digo-  un sólo juez que es lo que se acostumbra designar para llevar adelante la jornada y la benevolencia del tiempo que ayudó para que estos encuentros no queden «colgados».

Y decimos ¿qué pasa con el Baby Fútbol?; porque más allá de este insuceso, que gracias a Dios es pequeño y solucionable comparado con otras circunstancias; tampoco podemos pasarlo por alto.

Se suspende -se puede poner la excusa que se quiera, pero no justificar- con un fin de semana y un sábado espectacular, disfrutable, lisa y llanamente «porque no hay jueces» -el argumento- pero después vemos en pleno invierno, niños tiritar de frío, que se les obliga poco menos en tardes gélidas, de lloviznas a jugar hasta entrada la noche. Y esto no nos lo contaron, lo vivimos.

Y mire Ud. una anécdota: cierto día estaba para venirse el agua, tormenta fea, vió cuando se espera hasta último momento y que jugamos y que no, y un equipo debía viajar a Tarariras, se hicieron las 13Hs., y que si y que no. Ni bien se salió a la ruta se vino una llovizna fuerte, los que habían salido para jugar deciden volver.

LLovió. En Tarariras decidieron jugar. Las categorías que no viajaron perdieron los puntos, cuando se caía de maduro la suspensión debido al mal tiempo. El resultado, los puntos, es lo de menos.

Aque vamos con esto, a que hay que ser coherentes, que si bien pudo pasar -aunque no debería- así como es muy liviano enviar un SMS y avisar se suspende tal o tales partidos, también es muy frágil el argumento de «hay que jugar si o si por el calendario», ante tamaños fríos y días totalmente inhóspitos donde los niños más que disfrutar sufren.

Entonces vamos a seguir muy de cerca el tema, por eso de la coherencia vio, y el sentido común, que muchas veces es el menos común  de los sentidos utilizados. Aquí nosotros como en ningún ámbito, vamos en nada, simplemente a apuntar, lo que nos parece que está bien y remarcarlo y lo que no nos parece también señalarlo. Nada más.