El sindicato de extrabajadores de Pluna tuvo que modificar el plan de negocio de Alas-U, la aerolínea de bandera que comenzaron a diseñar a fines de 2012, para poder volar antes que comience la temporada turística en diciembre. El gremio piensa utilizar los siete aviones Bombardier de la ex Pluna, pero sigue latente la posibilidad de que sean secuestrados en aeropuertos del exterior para cobrar parte de las deudas que quedaron después del cierre de la aerolínea de bandera.
Mientras no se deciden si correr el riesgo de volar de todos modos con esos siete aviones, analizan propuestas del fabricante Bombardier para sustituir la totalidad o algunas de las aeronaves. La primera consistía en traer cuatro aviones Q 400, más chicos que los CRJ 900 y sin la capacidad de llegar a destinos como Chile y ciertas ciudades de Brasil.
En las últimas horas esa opción quedó descartada, dijeron a El Observador dirigentes del sindicato. Hubiera implicado, además, una pérdida de tiempo y dinero, ya que al tratarse de otro modelo de avión los pilotos deben entrenarse para lograr la certificación, y la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia) habilitar los nuevos aviones. Además, la entrega de ese modelo de Bombardier era prometida para marzo de 2014.