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Amodio: Nunca salí a la calle a «marcar» compañeros

El relato histórico del Movimiento Nacional de Liberación (MLN) Tupamaros lo señala como el gran traidor, culpable de haber proporcionado a los militares información suficiente para terminar de derrotar a la guerrilla de la que formó parte, entregando a varios de sus compañeros a cambio de su libertad y la de su compañera, Alicia Rey. Durante 40 años Amodio Pérez estuvo desaparecido pero en marzo reapareció con una carta enviada a las redacciones de algunos diarios nacionales. Este martes respondió por escrito a varias preguntas de El Observador, en las que asegura que «nunca» salió vestido de militar a marcar gente por la calle, que su colaboración para salvarse él y su pareja se dio cuando el MLN ya estaba derrotado, y que Alicia no fue detenida, sino que se entregó para salvar a José Mujica, entre otros excompañeros.

Amodio Pérez respondió al cuestionario de 15 preguntas que el diario El Observador le lanzó públicamente luego de que se conociera que en marzo de este año cuatro medios escritos (El País, La República, La Diaria y Brecha) recibieran una carta firmada presuntamente por el extupamaro conocido como el traidor del MLN, el movimiento político que actuó como guerrilla urbana durante los años 60 y principio de los 70, años previos a la dictadura militar (1973-1985).El Observador afirma haber contrastado la veracidad tanto de las cartas enviadas a los medios antes citados, como de una misiva más que el exguerrillero habría enviado a su excompañero Marcelo Estafanell, y de las respuestas a su cuestionario, luego de haber mantenido “varias conversaciones” con el propio Amodio Pérez.

Ahora, 40 años después de que según el relato del extupamaro los militares le dejaran junto a Alicia Rey en la frontera rivereña con Brasil y marcharan en auto al país vecino para que nunca más se supiera de su paradero, el “traidor” condenado a muerte por el MLN aclaró su postura sobre ciertos aspecto de la historia de la guerrilla.

Amodio Pérez relata una turbia relación con varios compañeros del MLN, como Raúl Sendic, y varias disputas por cuestiones organizativas, “discutí las decisiones del MLN y las combatí en la medida de mis posibilidades”. Preguntado por la ejecución del peón Pascacio Báez, lamentó la falta de crítica dentro de los tupamaros y dijo que el “crimen no tiene justificación ninguna” y que “responde a la  desvalorización de la vida que de manera inexorable nos fue invadiendo, dándole más valor a las cosas materiales, todo lo contrario a los criterios que hasta entonces se habían mantenido y que arrancan en 1966”.

No se vistió de militar para marcar tupamaros por la calle facilitando su detención, no colaboró con el Mossad, la CIA o el FBI, no fue dado de baja del MLN, no era un infiltrado desde antes de empezar a colaborar con los militares. De esta y de otras negaciones de lo que Amodio Pérez llama “estrategia para acusarme” están plagadas las declaraciones del exguerrillero, que además señala sobre su pareja Alicia Rey “nunca fue detenida” sino que “se entregó para facilitar la fuga de quienes la acompañaban en esos momentos, entre ellos el actual presidente uruguayo, el señor José Mujica Cordano”.

Lo que sí admite Pérez es que se brindó a “ordenar los papeles” que los militares poseían sobre el MLN-Tupamaros, lo que sirvió según él sólo para acelerar la desarticulación definitiva de la banda. El extupamaro señala el inicio de su colaboración con los militares en junio de 1972, un par de meses después de que a su parecer el MLN se hubiera “autodisuelto”. Por tanto, defiende que colaboró para salvarse él y su pareja, pero lo hizo cuando errores de la organización ya habían derrotado a la guerrilla: “El resultado hubiera sido el mismo. Quizás las Fuerzas Armadas habrían tardado un mes más, dos, en el mejor de los casos”.

Según el relato ofrecido en sus respuestas Amodio Pérez ha vivido estos 10 años de su trabajo –no aclara cual- y lo sigue haciendo. Respecto al actual gobierno liderado por el también extupamaro José Mujica, Pérez opinó que “el triunfo electoral del FA es consecuencia de la suma de todo lo ocurrido por lo menos desde 1960, MLN incluido”, y añadió que si bien es cierto que el MLN desarrolló sus actividades bajo gobiernos democráticos, “los mismos se sustentaban en leyes electorales tramposas, que permitían que solo los partidos tradicionales pudieran gobernar, para satisfacer sus intereses económicos”.