La fórmula que tienen los equipos para que aparezcan nuevos talentos en la Primera División, parece muy simple: buena captación de valores y trabajo sistemático a lo largo del desarrollo de ellos en las inferiores. Pero la coordinación y una verdadera convicción de los objetivos que deben cumplirse son las claves para que Defensor Sporting obtenga buenos resultados con respecto otros que se quedan por el camino.
Desde enero de este 2013, Fernando Curutchet se hizo cargo de una maquinaria que funciona a la perfección gracias a la coordinación de varios años entre César Santos, el captador de los talentos violetas, y Juan Ahuntchain, hoy tratando de armar algo similar en Peñarol.
El nuevo coordinador de las inferiores del equipo del Parque Rodó explicó a El Observador las claves del éxito: “El club tiene una identidad propia de juego. Elige jugadores con ciertas características técnicas, tácticas, psicológicas y emocionales. Sobre ellos se va trabajando. Se los ayuda con los temas disciplinarios y se les explica qué pretendemos de ellos, en cuanto a la actitud ante la vida”.
Más claro imposible. La escuela no solo moldea talento futbolístico. Los jugadores que llegan a Primera pasan por un proceso largo en el que día a día escuchan a docentes preparados para llevar a sus dirigidos por un mismo camino, categoría a categoría.