Continuando con el Ciclo de Cine Español, la Sociedad Española de Colonia con el apoyo de la Dirección de Cultura de la Intendencia de Colonia, invitan al Ciclo de Cine Español en su segunda proyección.
Film: «El Ciclo de Dreyer»
Viernes 14 de Junio hs. 21.00
Sociedad Española de Colonia: Fosalba 524
Entrada libre y gratuita
EL CICLO DREYER / 2006
Dirección: Álvaro del Amo sobre guion propio
escrito junto a Carlos Pérez Merinero
Dirección artística: Papick Lozano
Fotografía: Alfonso Sanz Alduán
Montaje: Teresa Font
Vestuario: Helena Sanchis
Con: Elena Ballesteros, Pablo Rivero, Ruth Díaz, Fernando Andina e Isabel Ampudia
Duración: 96 minutos
En el Madrid de 1961, Carlos, estudiante de derecho, dirige un cineclub que ha programado un ciclo dedicado al gran clásico «Carl Th. Dreyer».
A casa de su novia Elena llega Santi, un sacerdote amigo de la familia que, en su camino a las misiones, revolucionará a la pareja. Su aparición también afectará a Julia, proyeccionista del cineclub y enamorada de Carlos.
A través de Carlos y Elena vemos cómo los hijos ilustrados de la burguesía madrileña de la época empiezan a cuestionar la moral asfixiante heredada y la vida previsible y conformista en la que han vivido sus padres, y para la que ellos mismos se sentían programados…
Todos forman parte de un microcosmos en el que la historia de los personajes y sus conflictos tienen como trasfondo una España gris e inculta, que pugna por abrirse a los nuevos aires e ideas a las que el gran Dreyer desde sus películas impensadamente podrá ayudar.
La llegada de las películas del cineasta danés a España y el fenómeno de los cineclubes marcó un antes y un después para universitarios e intelectuales de la época, en cuanto introdujo un debate ético y moral sobre las libertades personales del que pronto arrancarían todos los demás – social, político, sexual, etc.
Sobre esta película la prensa española ha dicho: «Su factura es por momentos deslumbrante (…) Su historia se pasea por el sutil filo de navaja que separa lo genial de lo ridículo. (…), no hay más remedio que admirar su coraje». (M. Torreiro: El País, Madrid).