El último entrenamiento en Maracaná, iluminado, concitó a Vicente del Bosque sereno, como a Xavi y Casillas, los capitanes. Todos hablaron con respeto del adversario, minimizaron los pitos del público y se refirieron al orgullo que sienten por jugar en un escenario semejante.
Ninguno de los españoles se quiso observar como favorito, pese a ser los campeones del mundo, y destacaron el gran partido de Brasil contra Italia. En opinión de todos, está al 50%. La pelota decidirá el resto.
El seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, vaticinó en la previa dela gran final de la Copa Confederaciones que a España le quedan dos años de «juego bonito». «Nosotros jugamos bonito un Mundial y no ganamos (1982). Sacrificamos el resultado por el espectáculo. La selección española ha jugado bien, bonito y ha ganado. Pero es una generación que se acaba en dos años, no se olviden, porque los más jóvenes no tienen el mismo estilo», dijo Scolari en una rueda de prensa.
«La selección de España es espectacular, pero tiene defectos como todas, que vamos a explotar», comentó Scolari. Para conseguirlo, su equipo tendrá que tener «fuerza y espíritu», además del apoyo de la afición, que abarrotará el estadio Maracaná de Río de Janeiro.