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El innegable éxito del Plan CAIF

Nota de Prensa
Por Daniel Bianchi

El Presidente de la República, ex presidentes y el Directorio del Instituto del Niño y del Adolescente del Uruguay (INAU) participaron, desde el lunes hasta el miércoles de la semana pasada, de las distintas actividades con las cuales se realizó la celebración del 25º Aniversario de la creación del Plan de Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF), surgidos en setiembre de 1988 a partir de una ley impulsada por el entonces Presidente de la República, el doctor Julio Mª Sanguinetti.

Este programa se gestó para enfrentar las situaciones de vulnerabilidad aparecidas principalmente durante el gobierno de facto -que dejó elevados índices de pobreza e indigencia, particularmente en Montevideo- como así también para contribuir a brindar una solución al nuevo escenario familiar, integrado por madres que comenzaban a insertarse en el mercado de trabajo.

Así, desde su creación tiene como objetivo primordial garantizar la protección y promoción de los derechos del niño, desde la gestación hasta el ingreso al sistema educativo, ocupándose de que tengan satisfechas y cubiertas sus necesidades de alimentación, salud y educación preescolar.

Originalmente se establecieron 28 Centros CAIF, pero el programa se fue desarrollando a lo largo de las sucesivas administraciones, contando actualmente con casi 360 centros en localidades rurales, urbanas y suburbanas -13 de ellos en el departamento de Colonia- y alcanzando al día de hoy una cobertura de atención que abarca a unos 48.000 niños en todo el país en la franja etaria mencionada, y a sus familias, especialmente aquellas de menores recursos. Y según se anunció, se apunta a abrir cien centros más.

Lejos de la controversia desatada respecto a los menores infractores, otra área de la cual también se ocupa el INAU, sobre el Plan CAIF nunca ha habido observaciones que realizar y, por el contrario, la gestión indefectiblemente se ha desarrollado con un enorme e innegable éxito.

No podía ser de otra manera, por cuanto desde su creación el programa se sustentó en la cooperación público-privada, a través de un convenio entre el Estado uruguayo y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). La ejecución del programa se lleva a cabo con la participación coordinada de diversas instituciones, entre ellas el INAU, el Instituto Nacional de Alimentación (INDA), la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Ministerio de Salud Pública (MSP), la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), las Intendencias Departamentales, el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y asociaciones civiles.

Los Centros CAIF son gestionados por organizaciones de la Sociedad Civil. Éstas reciben transferencias monetarias a través de un convenio con el INAU para asegurar la sustentabilidad (recursos humanos, mantenimiento edilicio, materiales) y otro con el INDA, a través del cual se transfieren los recursos económicos que permitan garantizar una alimentación saludable a los niños.

Su actividad está dirigida a promover el bienestar, el correcto crecimiento y el adecuado desarrollo de los niños, a brindar a éstos oportunidades de aprendizaje, a fortalecer los vínculos entre niños y adultos, a potenciar las capacidades de los adultos para la crianza, a crear las condiciones que permitan la participación plena de los niños y sus familias en la sociedad, y a propender a la superación de las desigualdades e inequidades.

Las intervenciones de los CAIF se inician desde la gestación a través de contactos periódicos con las embarazadas y su núcleo familiar, y el trabajo educativo realizado en cada Centro se complementa con intervenciones en el hogar y la comunidad. Llevan adelante, además, un programa de promoción y cuidado de la salud, otro dirigido al desarrollo de las potencialidades de los adultos, y otro alimentario nutricional. Respecto a este último, INDA dio a conocer recientemente que una consultoría externa realizada para la Organización Mundial de la Agricultura y la Alimentación (FAO) distinguió al Plan CAIF por su política alimentaria, destacándolo como uno de los programas nacionales que aplica las Buenas Prácticas para la Información, Comunicación y Educación en Alimentación y Nutrición (BP-ICEAN).

Los primeros años de vida constituyen el período más intenso en cuanto al desarrollo de capacidades y la adquisición de experiencias. Son, por tanto, la etapa vital durante la cual el cerebro está más apto para desarrollarse y establecer sus funciones cognitivas, afectivas y emocionales.

Trabajar en esos años no fue sólo un acierto, sino una gran inversión. De hecho, si bien desde el origen del Plan CAIF hasta la fecha la mayoría de los beneficiarios pertenece a hogares vulnerables, el objetivo es universalizar la cobertura del servicio.
De tal forma, una idea que tomó cuerpo en 1988, a través de los años ha trascendido partidos políticos y administraciones para afianzarse con decisión y propósito en la sociedad.

Es una política de Estado, como la que todos quisiéramos ver en otras áreas.

Y es, además, una muestra de la Justicia Social que durante décadas nos hizo sentir orgullosos de ser uruguayos.