Comunicado de Prensa
Por Daniel Bianchi
La Cámara de Representantes aprobó días pasados, por 66 votos en 83 legisladores presentes, el proyecto de ley por el que se aprueba el Instituto Uruguayo de la Educación (IUDE), que funcionará como ente autónomo y permitirá que los docentes egresen con título universitario.
Hasta ahora, los actuales títulos son terciarios pero carecen de categorización universitaria; no obstante, una vez aprobada la ley, se podrá egresar de la nueva institución con el título de maestro, maestro técnico, profesor, profesor de educación física y educador social, pero dichos títulos tendrán dicha categorización.
La Universidad de la Educación -tal como se la llama- incorporará a su organización a los actuales centros de enseñanza, como por ejemplo, el Instituto de Profesores Artigas (IPA), los Centros Regionales de Profesores (CERPs), Magisterio y el Instituto Normal de Enseñanza Técnica. A semejanza de la Universidad de la República (UDELAR) será cogobernada por estudiantes, docentes y egresados, con autonomía técnica y administrativa, y tendrá como cometidos la formación universitaria de profesionales de la educación, el desarrollo de la investigación y la extensión y la contribución a la creación, desarrollo y difusión de la cultura nacional y a los procesos productivos del país.
En principio todos los partidos estuvieron de acuerdo con los fines, cometidos y el régimen general de la nueva institución. Pero una de las principales diferencias entre el oficialismo y la oposición fue que el primero impulsaba el modelo del cogobierno, con representantes estudiantiles, docentes y del orden de egresados en la Dirección de la Universidad, además de un rector, mientras que la oposición pretendía que los miembros de la Dirección fueran elegidos por el Poder Ejecutivo con venia previa del Senado.
Ya en Sala la iniciativa fue respaldada con los votos del Partido Colorado y del Frente Amplio, y rechazada por el Partido Nacional por estar en desacuerdo con el cogobierno propuesto. Para los nacionalistas, el nuevo instituto “profundiza” un modelo con el cual discrepan, y a su juicio, en el entendido que el IUDE formará funcionarios públicos, requiere la intervención del Poder Ejecutivo.
Para el oficialismo, por el contrario, las universidades públicas deben ser autónomas del poder político, coordinando el sistema nacional de educación pública, y a su vez coordinadas por los diferentes órdenes.
El Partido Colorado, en tanto, respaldó la iniciativa por tratarse de una idea surgida de su seno, ya que el proyecto de creación de la UNED había sido presentado dos veces por sus legisladores, como forma de contribuir a corregir la errática situación de la Enseñanza. Sin embargo, también marcó sus discrepancias respecto a la forma de cogobierno, aunque acordó con la bancada oficialista un plazo de gobierno provisorio, dejando en manos de la próxima Administración la responsabilidad de decidir la conformación definitiva de la Dirección del instituto.
Lograda la media sanción, la iniciativa pasó a la Cámara de Senadores.
Y de esa manera, en caso de convertirse en ley, nuestro país contará con una nueva herramienta que igualará la carrera de los docentes con las de otras profesiones, con todos los beneficios que ella conlleva.
Se cumplirá, de tal forma, un viejo anhelo de los docentes.
Y además, se hará justicia con ellos.