Los parlamentarios viajan, y en todo su derecho. En misiones «oficiales» como se informa muchas veces. Pero quien sabe con claridad o está informado debidamente de como, en que se deriva el dinero de dichos viajes, a ciencia cierta, creo que sólo sus familiares y alguno más los sabe; pues a decir verdad el grueso de la gente ni se entera cuando están en esas «tan trascendentales» misiones.
Meses atrás, El Observador se propuso consultar a los legisladores cuál es el objetivo de los viajes. En general, están los que expresan argumentos a favor de las misiones al exterior, y los que critican esa herramienta. Esas líneas de razonamiento se mantienen. En ese momento, el senador Jorge Saravia (que no viajó nunca en esta legislatura) dijo a El Observador que “hay muchos viajes que se hacen porque sí”. “Hay senadores y legisladores que viajan y viajan. Muchos de los viajes no tienen sentido”, aseguró. “El legislador tiene una tarea que es el Parlamento, y hay que trabajar. No se puede andar viajando por el mundo”, agregó. A estos parlamentarios que “viven viajando” se los conoce como “los turistas parlamentarios”, según Saravia.
En lo que va del período, cuatro senadores, dos blancos y dos de la coalición de izquierdas, gastaron en sus viajes al exterior casi la mitad de toda la Cámara, según se desprende de los datos públicos procesados por El Observador.
Entre Luis Alberto Heber (Herrerismo), Mónica Xavier (Partido Socialista), Jorge Larrañaga (Alianza Nacional) y Carlos Baráibar (Asamblea Uruguay) gastaron US$ 151.901. De los 31 senadores, 16 realizaron viajes desde que asumieron en febrero de 2010.
Los senadores viajaron a destinos de todos los continentes. India, Tailandia y Uganda son los más exóticos. En Europa, el lugar más visitado fue Ginebra (Suiza), aunque también hubo quienes fueron a Madrid (España) y Moscú (Rusia).