«Quiero pedirle perdón a todos los argentinos que vinieron», dijo Sergio Maravilla Martínez.
«Me tomo frío al principio, sentí la primera mano y no me pude recuperar. No me recuperé de la primera caída», explicó.
«Hay que saber ganar, hay que saber perder; no tengo más palabras que felicitaciones para Miguel Cotto», añadió.
Su entrenador Pablo Sarmiento argumentó por qué prefirió dar por terminada la pelea: «Más que un amigo, es un hermano; sabía que la rodilla desde hace tres rounds que no estaba respondiendo».
Miguel Cotto propinó un durísimo castigo ante un Sergio Martinez que demostró no estar en condiciones para pelear -era más que visible que peleó con una pierna sola -; pero si la FE mueve montañas, el dinero doblega los «egos», y en este caso la «gran bolsa» movió a un Maravilla Martinez que no es menos boxísticamente que Cotto; lo ha demostrado -es un grande- pero a este nivel no se pueden dar franquicias y pelear como lo hizo el argentino; sólo era «pasar a cobrar» sin esperanza alguna de victoria. En este nivel de competencia imposible ganar -en este caso con una pierna menos; por decirlo de alguna manera- ante un Cotto que sin ser «el gran boxeador», se preparó muy bien e hizo lo que tenía que hacer, y vaya si le salió bien.