¿Quién es digno de hacer un balance justo, equilibrado, preciso, en esto del fútbol, que nos muestra secuencias y situaciones inesperadas?
Primeros 45’. Tuvo más la pelota Alemania, llegó por derecha; abusó del pelotazo cruzado y nunca le encontró la vuelta; es verdad.
Pero demostró tener graves falencias defensivas y tal vez las más claras las tuvo Argentina, que de haber sido más fino en » la ultima puntada», pudo irse con ventaja al vestuario.
Que Alemania fue paciente, hizo circular el balón, esperó encontrar el claro, también.
Pero los de Sabella, tuvieron la paciencia de esperar sin desesperar; para recuperar bien plantado y de allí lanzar a Lavezzi, de gran primer tiempo, a Messi o encontrar a Higuaín que seguimos sosteniendo le falta un escalón para este nivel.
En el complemento, los germanos emparejaron el juego pero no generaron peligro.
En ese contexto se disputaron los segundos 45’, sin diferencias, cada uno aplicando su libreto, mostrando las cartas que tenían cada uno, y las limitaciones también, donde pudimos apreciar que ni Alemania «es una «maquinita» – tiene grandes carencias defensivas a este nivel- ni Argentina -un equipo muy disciplinado tácticamente-; pudo encontrar el volumen futbolístico suficiente -sobre todo después de octavos- llegando a jugar un partido de igual a igual y marrando dos chanches de gol imposibles -Higuain, Palacios- que pudieron cambiar la historia; incluso una embestida del arquero teutón dentro del área sobre el nº9 argentino que bien pudo ser penal.
Alemania es el nuevo campeón -un buen equipo- no sé; si un gran equipo -hoy es todo mucha cámara- ; de un Mundial Brasil 2014, que seguimos sosteniendo fue de un discreto nivel. Con buenas figuras, no fenómenos; como Muller, Kross, Lhamp, ese nº7 indobegable Shcwesteiger y un muy buen arquero como Neuer.
Uno debía ganar; ganó Alemania, en tiempo suplementario; con gol de Goetze a los 7´del segundo período del alargue, y así se termina la historia de este deporte que nos envuelve a todos, pero que indudablemente cada día es más comercial.
No compartimos para nada lo que hace a las distinciones; «guantes de oro» – «balón de oro» , -aceptamos y respetamos todas las opiniones- donde creemos que Keylor Navas el arquero de Costa Rica -claro que vende muy poco Costa Rica- y Mascherano en el terreno demostró ser un enorme jugador.