Comunicado de Prensa – Opinión
Por Gabriel Gabbiani
A pesar de los mayores ingresos, la Intendencia de Colonia tuvo un déficit primario anual en 2013 de 230 millones de pesos, que desciende a $ 142 millones con la exoneración de UTE
El déficit acumulado es de $ 354 millones.
Nada menos que 6,2 millones de dólares fue el déficit (final) surgido como resultado del Ejercicio 2013 de la Intendencia de Colonia (IDC), a pesar de que la recaudación de ese año superó a la del año 2012 en 4.134.000 dólares.
Así se desprende de la Rendición de Cuentas y Balance de Ejecución Departamental (Ejercicio 2013) remitida por el Ejecutivo Comunal a la Junta Departamental de Colonia el pasado lunes 30 de junio, al filo del plazo establecido por la Constitución.
Los folios que conforman el expediente de la Rendición son nada menos que 472 y contienen planillas con números de cuerpo extremadamente pequeño, difícil de ver para la mayoría de las personas, y además conforman un expediente de alrededor de 2,5 centímetros de altura cuyo análisis minucioso y detallado podría demandar semanas.
No obstante ello, un primer pantallazo permite observar y evaluar los números principales de la administración municipal, y sacar algunas conclusiones.
Lo primero que debe señalarse es que, en 2013, la IDC tuvo ingresos por 65 millones de dólares, pero gastó por 75 millones de la divisa estadounidense.
Los principales números
Los números macro de los años anteriores habían sido los siguientes:
Año 2011
Recaudado: 49.260.000 dólares.
Gastado: 45.895.000 dólares
Diferencia: 3.365.000 dólares (Superávit del Ejercicio).
Año 2012
Recaudado: 60.716.000 dólares.
Gastado: 58.974.000 dólares
Diferencia: 1.742.000 dólares (Superávit del Ejercicio).
Sin embargo, el voluminoso expediente revela que los números macro de la comuna durante el Ejercicio 2013, fueron los siguientes:
Año 2013 (Se toma el dólar al valor actual de $ 23,00, aunque en realidad debería tomarse a $ 21,00, valor promedio al cierre del año 2013).
Recaudado: $ 1.491:335.275,54 (64,85 millones de dólares)
Gastado: $ 1.720:781.629,57 (74,81 millones de dólares).
Diferencia (déficit): $ 229.446.354,03 (9,97 millones de dólares)
Exoneración de UTE: $ 86.963.025,86 (3,78 millones de dólares)
Diferencia final (déficit): $ 142.483.328,17 (6,19 millones de dólares)
De tal manera, tras haber tenido superávit en el Ejercicio en los dos años anteriores, en 2013 la IDC tuvo un déficit cercano a los 6.200.000 dólares, lo que eleva el déficit total acumulado desde los Ejercicios anteriores al 31 de diciembre de 2013 a $ 354.054.636,00 (15,39 millones de dólares).
Los principales números revelan que de los 65 millones de dólares recaudados, 46 de ellos (71%) son de origen departamental y 19 millones (29%) de origen nacional, provenientes de las partidas establecidas por el Artículo 214 de la Constitución de la República, los Artículos 756, 757, 758, 759 y 760 de la Ley Nº 18.719 (Presupuesto Nacional 2010 – 2014).
A su vez, de los 75 millones de dólares gastados, 42 se invirtieron en funcionamiento (64%) y 33 millones en inversiones (36%). Asimismo, de aquellos 75 millones, alrededor de 27 millones (41%) corresponden al Rubro 0, esto es, todas las remuneraciones a los funcionarios por conceptos salariales, así como también los costos asociados, incluyendo las contribuciones patronales, asignaciones familiares, servicios extraordinarios y prestaciones sociales.
Una segunda mirada
Varias cosas llaman la atención respecto a la presente Rendición de Cuentas:
1. Con la única excepción de Carmelo y Nueva Helvecia, ni en la zona Centro-Oeste, ni en la Zona Este, ni en Nueva Palmira, ni en Rosario, ni en Juan Lacaze, ni en Tarariras, se construyó durante el Ejercicio 2013 un solo metro de cordón-cuneta.
2. Respecto al mantenimiento asfáltico, hay una paridad entre lo presupuestado y lo ejecutado. Por ejemplo, en Carmelo se preveían obras por 282.000 dólares, y se ejecutaron por 266.000. Juan Lacaze y Tarariras fueron los más beneficiados en este aspecto, con 176.000 y 305.000 dólares, previsto y ejecutado, respectivamente, la primera localidad, y 88.000 y 300.000 dólares, respectivamente, la segunda. Lo malo es que la Rendición no detalla el tipo de mantenimiento realizado, y de acuerdo a lo que hemos observado a simple vista, en muchos casos podría tratarse de calles que debido a su baja calidad han debido ser tratadas en más de una oportunidad a lo largo del período mencionado.
3. Con relación al asfaltado, aquí sí los números de la Rendición varían de una manera considerable. Para la Zona Centro-Oeste del departamento se habían previsto obras por sólo 21.500 dólares, y se ejecutaron por 2.252.000 dólares, es decir, un 10.471% de lo previsto. Para Carmelo, se habían previsto obras por 73.000 dólares y se ejecutaron por 1.400.000 dólares, habiéndose ejecutado un 1.915% de lo previsto. En Nueva Helvecia, por ejemplo, con una previsión de 54.800 dólares, se ejecutaron obras por 1.319.000 dólares, ejecutándose un 2.405% de lo presupuestado. Comparando porcentualmente las obras presupuestadas y las ejecutadas, el premio mayor en este rubro, con todo, se lo lleva Juan Lacaze, ya que tenía obras presupuestas por apenas 11.134 dólares, y se ejecutaron por 1.322.000 dólares, es decir, un 11.871% de lo previsto. Nótese lo sorprendente de estos índices porcentuales, pero considérese, en realidad, el valor en dólares para darse cuenta que al valor actual de los distintos tipos de bituminización, lo proyectado inicialmente eran cantidades ridículas. Además, debido a que el comportamiento de la mezcla depende de circunstancias externas -tales como las cargas dinámicas del tránsito, la resistencia a la rodadura, los efectos climáticos (en especial la lluvia y el viento), el tiempo y la temperatura- las propiedades de los pavimentos deben forzosamente verse vinculadas con esas variables. Pero la Rendición no establece si se trata de reparación o sellado de pavimentos ya existentes, si se trata de tratamiento bituminoso o mezcla asfáltica, con lo que, si bien se conoce la cantidad de dinero invertida, se desconoce en qué y cómo se trabajó, y la calidad de los trabajos.
4. En lo que tiene que ver con el alumbrado público, casi en el 100% de las zonas y localidades se cumplió con lo presupuestado e incluso se superó. Pero llama la atención la diferencia entre una y otra localidad. Nótese el siguiente detalle, siendo lo Presupuestado los focos a instalar y lo Ejecutado lo efectivamente instalado:
Sub Dirección Zona Oeste: Presupuestado: 30, Ejecutado 38.
Sub Dirección Zona Centro: Presupuestado: 120, Ejecutado 107.
Sub Dirección Zona Este: Presupuestado: 70, Ejecutado 146.
Rosario: Presupuestado 30; Ejecutado 32.
Carmelo: Presupuestado 30; Ejecutado 37.
Juan Lacaze: Presupuestado 30; Ejecutado 38.
Tarariras: Presupuestado 10; Ejecutado 36.
Nueva Helvecia: Presupuestado 30; Ejecutado 77.
Nueva Palmira: Presupuestado 30; Ejecutado 116.
Así, por ejemplo, mientras que en Carmelo se colocaron 37 luminarias en lugar de las 30 presupuestadas, en Juan Lacaze 38 en lugar de las 30 previstas y en Rosario 32 en lugar de las 30 presupuestadas, en Nueva Helvecia, cuya alcaldesa es una de las principales dirigentes del Espacio 19 del intendente Walter Zimmer, se instalaron 77 luminarias en lugar de las 30 previstas, y en Nueva Palmira, donde el alcalde también es dirigente del zimmerismo, se colocaron 116 focos en lugar de los 30 presupuestados.
La diferencia entre esas dos localidades y las demás, es llamativa.
5. Las obras del Ejercicio 2013 del Departamento de Arquitectura son, si bien sin dudas las de más bajo costo global, tal vez en su ejecución de las más incomprensibles.
El Municipio de Carmelo, sumando la construcción, ampliación, remodelación y refacción de espacios públicos, el mantenimiento edilicio, las obras funerarias y obras varias, tenía adjudicado 28.000 dólares, y se ejecutaron obras por 138.000 dólares (495%).
También el de Nueva Palmira ejecutó obras por un 427% con relación a lo presupuesto originariamente. Pero nótese, en contrapartida, que Juan Lacaze tenía presupuestado obras por 21.700 dólares, y sólo ejecutó por 478 dólares, es decir, utilizó el 2,2% de los recursos asignados, lo que equivale a decir, nada. Las razones de este comportamiento no se desprenden de la Rendición de Cuentas, por lo que las explicaciones las tendrán que dar el alcalde de Juan Lacaze, Darío Brugman, actual candidato a la Intendencia por el Frente Amplio, y las autoridades de la Intendencia.
Con todo, a la localidad de Colonia Miguelete -que no posee Municipio- le fue aún peor: de los 4.600 dólares que tenía asignados, no ejecutó absolutamente ni un dólar.
Entre los extremos de Carmelo y Miguelete se encuentran Tarariras, que tenía adjudicado 10.400 dólares y ejecutó obras por 9.900 dólares (95,6%), y Nueva Helvecia, que tuvo una asignación de 16.000 dólares y ejecutó solamente 5.400 dólares, es decir, el 33,5%. La alcaldesa María De Lima también debería informar al respecto.
Los próximos pasos
Desde el oficialismo se ha señalado que el déficit del año 2013 obedece “a las obras que se han hecho”, que más allá de lo que eventualmente pudieran decir los titulares de los diarios respecto al déficit la IDC tiene “sobre obra” realizada -lo que sea que ello signifique- y que el mencionado déficit “es operativo”.
Lo cierto es que, más allá de las excusas que pudieran manejarse, durante el presente 2014 invariablemente el Ejecutivo Comunal vuelve a cometer los mismos errores e irregularidades que tienen lugar desde hace quince o veinte años, más allá de quien lo encabece.
La Rendición será considerada ahora por el plenario de la Junta Departamental de Colonia en su próxima Sesión Ordinaria (casi seguramente el viernes 25 de julio), que la remitirá al Tribunal de Cuentas de la República (TCR). Será éste el organismo encargado de manifestar su apreciación sobre los estados contables de la IDC, aunque puede descartarse con absoluta seguridad que el mismo señalará que no se ha dado cumplimiento, entre otros, a varios artículos de la Constitución de la República, del Texto Ordenado de Contabilidad y Administración Financiera (TOCAF), a resoluciones del propio TCR y de la DGI, además de detectar irregularidades en el arrendamiento y adquisición de bienes y servicios, fraccionamiento del gasto, partidas pendientes de rendición de cuentas, debilidades de control interno, la compra directa por parte de las Direcciones de la Intendencia, Oficinas de Localidades y Municipios sin solicitud de suministro ni pedidos de precios -lo cual no cumple con los principios de buena administración- y la falta de firmas de declaraciones juradas cuando ello corresponde, entre muchísimas otras observaciones que, seguramente, se harán públicas en breve.
Nada nuevo bajo el sol.
Lo único que destaca en esta oportunidad, en este caso, son los números en rojo.