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Fue paliza y será inolvidable, Alemania le dió un duro «cachetazo» a Brasil

Se terminó la «venta de humo». Menos mal que Ud. puede ir a los archivos, Alemania sin ser una «máquina»; simplemente siendo muy disciplinado, estratégico y claro en sus conceptos futbolísticos; dejó afuera del Mundial Brasil 2014, a la selección «más mediocre» en la historia del fútbol brasileño -ya lo expresamos, con Neymar o sin Neymar- y no nos subimos al carro de los tantos «vende humos»; que Alemania es un relojito, que es una maquinita; porque antes de llegar a semifinales pasó zozobras y muchas.

Alemania es un muy buen equipo; por disposición, por planteo, por potencia física; claro que sí; pero este Brasil es muy poquito. Se lo dijimos, si Hulk no se transformaba -con todo el respeto- si el pobre Fred que debe ser muy amigo de Felipao para jugar, no cambiaba en un ciento por ciento, más los serios problemas en mitad y defensa, no solo para contener, sino para generar; Brasil era muy poca cosa; y quedó demostrado; a este nivel.

Solo 10 minutos le bastaron al equipo alemán para acomodarse en el terreno, y de allí en más se acabó el juego.

Los siete goles que le metió el equipo de Löw al organizador de la Copa del Mundo entraron entre los partidos de mayor diferencia en la historia de los mundiales.

Cinco goles en un tiempo, cuatro en casi ocho minutos, donde los primeros 45 de la semifinal entre Alemania y Brasil quedaron en la historia. El equipo de Löw le ganó 7-1 a un Brasil que deberá volver a su esencia, el «jogo-bonito» por todos conocidos o pasará a sufrir de aquí en más.

La goleada le permitió a Löw cuidar algunas piezas en el segundo tiempo. Así fue como Mats Hummels, afectado esta semana por una gripe, fue reemplazado por Mertesacker.

Para entonces Alemania ya no pensaba en atacar. Le dio la pelota a Brasil y optó por el contraataque.

No necesitó más: a los 13 el turno de abandonar la cancha fue para el legendario Klose y en su lugar entró Schürrle, quien a los 24 recibió de Lahm y marcó el sexto tanto germano.

Sin embargo, la desgracia brasileña no había llegado a su fin: otra vez Schürrle, esta vez con un zurdazo que dio en el travesaño y se metió en el ángulo, anotó para el 7-0 a los 34. Para el final sólo quedó el descuento de Oscar, en el primer minuto recuperado, que selló el 7-1 histórico y la despedida de los locales del mundial.