El estadio fue una caldera, que desbordó de la pasión de los hinchas argentinos. Un triunfo agónico le dio a la selección
albiceleste, el pasaje a cuartos de final. La Argentina se encomendó al sufrimiento y terminó al borde del infarto.
Iban 118 minutos de otro partido opaco de la selección de Sabella, cuando Lionel Messi tomó la pelota, trasladó, y la abrió para Di María, quien en 15 minutos hizo todo lo que no había hecho en 105. Angelito definió de primera, de zurda, abajo al palo izquierdo del arquero Benaglio, que nada pudo hacer. Era el 1 – 0 y pase a cuartos de final.
Alejandro Sabella que grita el gol como nunca en todo su ciclo de su selección en lo que parecía el final de una tarde llena de angustia.
Pero quedaba sufrir un poquito más.
Tiro libre para Suiza, Dzemaili cabecea y la pelota pega en el palo, el rebote se va a afuera. Por fin el árbitro sueco Eriksson marca el final. La Argentina cumple el objetivo, de nuevo con deudas y dudas en su juego. El verdadero Mundial, el que no admite errores, perdonó a los de Messi esta vez, y ahora en cuartos son peligrosos. Claro que sí.