Con la conferencia sobre Política Económica, el lunes se cerró el ciclo de conferencias programáticas denominadas Uruguay por más donde la fórmula presidencial Tabaré- Sendic expuso sobre diferentes capítulos de sus propuestas programáticas.
En esta oportunidad participaron dando sus opiniones el contador Enrique Iglesias, la secretaria Ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcena; la productora rural, Patricia Damiani; y Richard Read, secretario General del Gremio de la bebida. El cierre estuvo a cargo del vicepresidente Danilo Astori.
En el departamento la charla se siguió por videoconferencia desde la sala de conferencias del Hotel Mirador de Colonia y contó con la participación del economista Fernando Isabella que realizó los comentarios de la misma e intercambió conceptos con el público asistente, entre los que se encontraban de los candidatos a diputado por el departamento.
Astori sostuvo que «tanto por las características del mundo actual, como por las de nuestro propio país, la apertura al mundo asume una importancia fundamental para permitir que Uruguay transforme su enorme potencialidad en resultados positivos para la gente».
Afirmó que el desarrollo «supone un acceso equitativo a los mismos a través de la construcción de igualdad de derechos y oportunidades» y agregó que estas «es preciso alcanzarla con políticas públicas».
Para Astori se trata de trabajar por «libertad en democracia, su participación, su autonomía, la equidad en la distribución de roles familiares, laborales y políticos, el equilibrio generacional y la afirmación de identidades colectivas».
Unos de los pasajes más esperados era su opinión de las características que debía tener un Ministro de Economía. Astori focalizó la importancia de un ministerio de economía en la necesidad de «transformaciones estructurales e institucionales imprescindibles».
Para Astori «el Ministerio estará permanentemente involucrado en esas transformaciones, como lo ha estado durante los gobiernos del Frente Amplio. En algunos casos directamente, como cuando los lineamientos del proyecto nacional exigen que sea el propio Ministerio el que cambie. En otros caso indirectamente, como cuando participa en la definición de políticas públicas tendentes a posibilitar transformaciones en otros ámbitos».
Con respecto a la macroeconomía afirmó que «en realidad, deberíamos decir que no constituyen un fin en sí mismos, sino una herramienta imprescindible al servicio del proyecto nacional y – en particular – del papel a cumplir por el Ministerio en ese proyecto».
Agregó que «una larga y rica evidencia mundial indica que ninguna transformación social progresista avanzó y se consolidó en el desorden. También muestra que tal transformación no se puede lograr sin un proyecto nacional con visión estratégica».
Para Astori el «Ministerio apunta principalmente a percibir la naturaleza esencialmente política de su trabajo» y discrepó con la oposición diciendo que «hemos escuchado visiones tecnocráticas al respecto, estimuladas por un enfoque reduccionista del trabajo que supone conducir la política económica del país. Hay que trabajar por la estabilidad de los precios y manejar con prudencia las cuentas públicas. Pero este no puede ni debe ser el final de la definición de las responsabilidades en la materia. Es, por el contrario, el principio de un camino en el que hay que respaldar y consolidar transformaciones de fondo.
Siempre será deseable hacer política con el respaldo de la solvencia profesional. Pero sólo con ella no es posible, ni percibir los valores que inspiran un proceso político, ni asumir cabalmente nuestra condición de sujetos de la historia, parte de un colectivo que la escribe y se resiste a ser la mera consecuencia de supuestas fuerzas incontroladas, para bien o para mal».