Según publica el diario El Telégrafo de Paysandú, la investigación policial dejó al descubierto que las menores concurrían al bar a bailar para luego retirarse en la compañía de otros concurrentes, con quienes mantenían relaciones sexuales.
La dueña del almacén-bar del pueblo dijo que, ocasionalmente, convocaba su local a dos niñas de 12, una de 13 y una adolescente de 16 años, a través de mensajes de texto. Cuando las chicas llegaban allí, pasaba música en una rockola, para incentivar a los parroquianos a gastar más dinero.
Los testimonios recogidos por la Policía permitieron confirmar que al menos tres de los parroquianos habían pagado a las menores por tener sexo con ellas. Uno de los hombres quiso deslindarse de la situación diciendo que ellos tenían sexo, pero no pagaban.
El juez penal de Paysandú, Fernando Islas, dispuso el procesamiento con prisión de la propietaria del almacén-bar por el delito de contribución a la explotación sexual de menores. Los padres de tres de las menores fueron procesados sin prisión por omisión de los deberes inherentes a la patria potestad.
Además, tres hombres de 18, 22 y 27 años fueron procesados sin prisión por el delito de corrupción de menores.
Las tres menores fueron puestas a disposición de INAU, informó Subrayado.