Los traficantes de inmigrantes realizan compras de barcos viejos, a pocos miles de euros. Luego los llenan con africanos que, en busca de un futuro mejor, viajan a Europa. A estos, se les cobra un precio de €5.000 para dejarlos abandonados a algunas milla de la costa.
A estos se los conoce como «barcos fantasma», y pueden ganar hasta cinco millones de dólares.
El buque «Ezadeen» fue hallado el viernes pasado con cientos de inmigrantes, mayoría de sirios, con decenas de niños, frente a las costas del sur de Italia.
Todos los pasajeros de esta embarcación pagaron miles de dólares -hasta 6.000- por un billete con el que creían que podrían llegar a Europa.
Sin embargo, y tras embolsarse millones de dólares, la tripulación abandonó a la deriva la nave, que finalmente fue interceptada por la Guardia Costera italiana, que consiguió rescatar también a sus pasajeros, según La Repubblica.