Con «la chapa» de equipo grande, de una selección con historia, con linaje, Colonia sacó del Rodriguez Bonavitta tres puntos de oro que lo dejan a un paso – un punto – de meterse en la próxima fase del Torneo Nacional de Selecciones.
En un partido discreto, jugado con más ímpetu que fútbol, en un terreno de juego imposible de jugar al ras y un entorno que nos exime de comentarios – tan meticulosa O.F.I. para exigir algunas cosas y tan permeable e ineficiente para otras -; los de Osvaldo Carro mas allá de lo que puedan dar futbolísticamente, mostraron «las uñas» en el plano anímico luego de encontrarse en desventaja.
En los primeros 45´el elenco rojo visitante, insinuó más que los locales, con buen desempeño de E. Martino, la movilidad y la búsqueda para armar el fútbol de Bordón, encontrando espacios en el fondo azul – con zagueros corpulentos pero lentos – que tenía como muralla sólida de contención a Rafael Bardallo en la mitad; importantísimo en el transcurso del juego y determinante luego al salir por lesión; buscando rescatar el balón para lanzar en velocidad a Viquer o Berriel en ofensiva.
En la segunda mitad el panorama no cambió demasiado; aunque los 10´minutos del arranque fueron entrecortados, friccionados, desprolijos -solo Zuffo en Ecilda y ahora un solitario Martino, tras salir Bordón lesionado-; trataban de clarificar en un paisaje futbolístico muy gris.
Sobre los 12’, Marcos Reyes conecta el balón con bonito golpe de cabeza – tras errática salida del arquero J. Hernández- metiéndola por encima de todos los defensores y marcando el 1 – o local que a esa altura complicaba sobremanera a Colonia en la tabla. Minutos más tarde S. Berriel Marró un gol imposible frente a Hernández -pudo ser el final-, pero no fue, y allí Colonia sacó «la chapa».
Empujó Cesarotti desde el fondo, Capellino y Pons, ganaron la batalla en el medio, y sin mucho juego, pero con el compromiso de un equipo grande de tener que llegar a la última jornada con un panorama claro en cuanto a pasar de fase; lo fue a buscar.
Y llegó el empate en una jugada «rara». El asistente que se queda con el cambio -se retira Berriel del campo-; el juego que se reanuda sin la ubicación correspondiente del mismo; pelotazo que sale rápido del fondo coloniense, López -muy adelantado- aprovecha el descuido de todo el mundo y se va camino al gol decretando el empate. Bien por López -despierto, ágil, veloz- que la mandó a guardar, sin reparar un segundo, sin detenerse a pensar.
Y cambió el rumbo del partido; la roja de Osvaldo siguió presionando, siguió insistiendo, y apareció otra vez López por derecha, maniobró, sorteo a sus marcadores, la puso al corazón del área y Javier Acosta que se encuentra con la red, poniendo el 2 -1, lapidario a esa altura para el conjunto ecildense.
Con «la chapa», Colonia marcó territorio y ganó un durísimo encuentro que le posibilita llegar en inmejorables condiciones ante San José -un clásico- de meterse en la otra ronda con tan solo un empate.