El empresario era el representante del Grupo Leadgate en Pluna y su gerente general, que fue el principal accionista de la aerolínea entre 2007 y 2012, año en el que el Parlamento aprobó la liquidación de la empresa a instancias del gobierno del presidente José Mujica, debido a la crítica situación financiera de la misma.
La Suprema Corte de Justicia decidió este jueves aprobar la liberación de Matías Campiani, exgerente general de Pluna y principal del consorcio Leadgate. Antes de salir en libertad deberá pagar una fianza de 50 mil dólares.
Campiani, que cumple un año y medio de reclusión preventiva, «se amparó al instituto de la redención, que favorece a los reclusos» por trabajos carcelarios, al cambiar, dijeron desde la SCJ, «un día de trabajo por dos días de reclusión».
La Justicia concedió un total de 123 excarcelaciones, el 26% de las solicitadas, durante la visita anual de cárceles del interior del país, cumplida entre el 11 y 21 de mayo, sobre un total de 473 reclusos que desfilaron ante las integrantes de las dos mesas constituidas para analizar cada caso.
El vocero de la Suprema Corte, Raúl Oxandabarat, dijo a El País que Campiani deberá cumplir con las obligaciones inherentes al juicio que está en curso, por lo que si sale del país, deberá volver cada vez que sea citado por la Justicia.
Fuentes del caso informaron al mencionado matutino que, es probable, que Campiani se instale en Miami, al igual que sus exsocios Sebastián Hirsch y Arturo Álvarez Demalde, ya liberados por la Justicia.
Según un artículo del diario The New York Times, publicado la semana pasada, Campiani y sus socios no son más que chivos expiatorios del caso Pluna. «Son el chivo expiatorio ideal», declaró el director ejecutivo del Centro de Investigación para América Latina de Harvard, Gustavo Herrero. Mientras tanto, el exgerente general de Pluna habló anoche con el diario estadounidense, y dijo que le dieron la libertad en un sistema que no es justo.
Tengo la suerte de contar con los recursos y el apoyo, pero todavía hay mucha gente que queda aquí y está sufriendo la misma injusticia que yo he estado sufriendo, concluyó Campiani.