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Daniel Rodríguez: reflejo fiel y real de una raza en extinción que hoy se codea con la mediocridad a nivel nacional

OPINIÓN – Ni aún con Daniel Rodríguez en cancha, Nacional pudo tan siquiera igualar a Sud América. Y pudo ser Nacional, como pudo ser a la  inversa; o cualquier otro equipo. Y fue Daniel Rodríguez como pudo ser otro de los tantos arbitros que se van formando sin el ensamble necesario como para avisorar arbitros de categoría. Yo me pregunto: y esto a nivel país; ¿Quienes están al frente de los Colegios, de los Consejos técnicos; quienes, instruyen a los árbitros – conozco un sin fín de instructores de «escritorio» -, quienes?… y bajo que parámetros los designan.

Porque como Daniel Rodríguez, hay más; muchos, a nivel profesional y ni le cuento en el interior -amateur-; y Rodríguez no tiene la culpa -sino el que «le rasca el lomo»- aquellos  que no son capaces de unificar criterios; aquellos que hoy le han dado una participación superlativa a los asistentes; que en lo personal, considero que como el nombre lo dice,»son asistentes» y nada más. El día que como arbitro o instructor o miembro de un colegio deje que un asistente le cobre un penal, como le cobró uno de los «ayuda» a Rodríguez; y Rodríguez por no tener jerarquía, capacidad de ubicación, control del juego se dejó llevar -y pasa cada vez con mas frecuencia- cobrando un penal que desde el Clinicas se vio que la falta fue fuera del área; habremos caído, o caímos ya en la mediocridad total del arbitraje. Un penal lo debe sancionar pura y exclusivamente el arbitro -la FIFA de esto no sabe nada, y los acomodados de la FIFA tampoco- exclusivamente el arbitro;  quien es el encargado de impartir justicia, la autoridad -que puede pedir; «relojear», ante la duda la asistencia de un compañero es otra cosa- como pudo ser y no fue; en la jugada del primer penal tricolor, por ejemplo, «el banderin» corra al fondo, o se quede parado según entienda donde fue la falta – y ante la duda, ahi sí, sancionar. Pero por ubicación, por ser el conductor y controlador del juego, los penales; las jugadas capitales, las decisiones vitales… muchachos; son de los de adentro; porque que pasa; con esto de que si el asistente está mas cerca o debería verlo o no; hay un sin fin de arbitros mediocres que lo único que hacen es como Poncio Pilatos, «lavarse las manos». Y con las sugerencias de la FIFA, que se ha comprobado que es una mafia -pero todos le siguen haciendo caso, y siguiendo sus cursos- y que tiene muchos incapaces técnicamente; y les marcan como deben correr hoy el terreno -pesimamente- donde ubicarse en determinadas situaciones, vemos cada día a los centrales más lejos de la jugada; y no debe ser así; el árbitro no debe descansarse en sus ayudantes; si apoyarse y nada más.

Y Rodríguez no tiene la culpa reitero, tampoco algunos apellidos de aquí a la vuelta en nuestra región, no la tiene «el chancho», nooo…la mediocridad viene de arriba; no pueden árboles malos dar frutos buenos; si los árboles fueran medianamente buenos disfrutaríamos los frutos, pero; lamentablemente en materia referil la cosa viene mal barajada, y como todo se maneja políticamente; seguimos mintiendonos al solitario; las maquinarias de prensa que vaya uno a saber para quien juegan, forman opinión y le hacen creer a la gente -a mi no- que Ubríaco es un canchero bárbaro y es el mejor árbitro del país cuando a mi entender es del más «medio pelo» que ha dado el arbitraje. Así están dadas las cosas; perooo…no quería dejar pasar por alto esto de Nacional – Sud América; mas allá de los nombres; porque seguramente también, de haber sido a la inversa el resultado de 2 – 1 en cancha, a los 48’55¨ o 49′ clavados lo hubiese terminado y quien iba a decir algo. No lo quería dejar pasar; porque detrás de Sud América como tantos otros equipos chicos hay gente que con mil sacrificios ponen en escena sus escuadras, se ven sometidos a veces a estas atrocidades…y; como nadie dice nada; tal cual la canción, «al final… la vida sigue igual…»; y no debería ser así; que siga la vida, pero de manera justa. Sud América zafó, porque apareció Irazún, pero si no, lo hubiesen «ultrajado» y quien iba a decir nada.

Por eso se extrañan los Castrilli, los Baldazi, los Da Rosa; los Julio Matto, los Silvera;y en la vuelta; lo «Licha» Rivas, los pedro Casco, los De Castro; porque en el acierto o en el error -no hay arbitrajes tecnicamente perfectos-; a la hora de «cortar el bacalao»; no se casaban con nadie, arbitraban, no sacaban los partidos; y eran justos con el grande, con el mediano o el chico; «jugaban su partido»; sin mirar las camisetas. En definitiva; eran ARBITROS.

ALEX HERNANDEZ