Escribe José Luis Pittamiglio, edil departamental del PARTIDO SOCIALISTA (FA)
No solo hay que ser honesto, también hay que parecerlo. Cuando el Dr. Walter Zimmer en 2011 –siendo Intendente- hace un llamado a licitación para comprar una camioneta de alta gama, empieza a transitar un camino muy oscuro. Primero porque no estaba autorizado por la Junta a comprar una camioneta de alta gama, segundo porque el Tribunal de Cuentas le negó la autorización para hacer la compra y tercero porque el propio llamado a licitación parecía tener nombre y apellido. Hace unos días le mostré el texto del llamado a licitación a un vendedor de coches y lo primero que me hizo notar fue que era un llamado con el resultado cantado, porque las especificaciones que se exigían eran las de las camionetas Toyota Land Cruiser. No había posibilidad de que se presentara otra empresa y por eso es que la única que se presentó fue la Toyota. Lo único que le faltó al llamado, fue poner la condición de que la marca comenzara con TO y terminara con YOTA.
Nada de esto parece honesto. Y la situación se pone un poco más oscura cuando el propio Zimmer arma el tinglado para que la Intendencia le venda a él mismo la camioneta, dos semanas después de irse de su cargo. Le da un poder a una persona de su confianza para que –en nombre de la Intendencia de Colonia- le venda la camioneta. O sea que don Walter puso en venta la camioneta, se pasó para el otro lado del mostrador y la compró el mismo. Una camioneta que viene con exoneraciones de impuestos porque era para uso de la Intendencia. Una camioneta que la Intendencia no puede vender a un particular, sino que tendría que haberla ofrecido públicamente al mejor postor. Una camioneta que se vende mediante el uso de un poder notarial que había caducado el día que Zimmer dejó de ser Intendente. Una camioneta que sirvió para que algunos hicieran su negocio. ¿Hay delito?. No lo sé, la Justicia lo dirá. Y por eso los ediles socialistas hicimos la denuncia penal: para que sea la Justicia la que determine si existió un hecho delictivo. Cabría preguntarse si el Partido Nacional una vez más va a cerrar filas protegiendo a Zimmer, como lo ha venido haciendo desde hace diez años o si esta vez habrá algunos que no quieran verse mezclados en defender al indefendible.
No soy de los que creen que hay que dejar que los gobernantes hagan lo que les parezca. Zimmer nunca investigó el habitual y escandaloso robo de combustible de las máquinas y camiones municipales; tampoco investigó la manipulación de los datos sobre los jóvenes que recibían becas; nunca aclaró las irregularidades en la entrega de libretas de conducir ni se preocupó por explicar por qué la Intendencia necesitaba tantos asesores cobrando sueldos de 100 mil pesos. Ni siquiera aclaró si le gustaron los viajes que hizo por más de 15 países, aunque uno supone que seguramente le gustaron. Por lo menos podría habernos agradecido que le pagamos los gastos.