Nadie puede dudar que Valdense le dió «un sorbo enorme a la Copa» cuando como visita se trajo la victoria por 2 -1 ante San Pedro.
En el Celestino Geymonat y en un partido de esta envergadura era difícil se le escapara el título. Y así fue nomás.
En un partido durísimo, trabado, friccionado, cambiante; ante un dignísimo rival – potente – querendón – con jugadores hábiles de mitad hacia adelante – no le fue nada fácil al albiceleste de la «ciudad jardín» que tuvo que apelar a todo su «currículum futbolístico» para salir campeón.
Lo fue ganando, y hasta ahí y en la primera parte todo parecía estar controlado, con una línea final sin problemas mayores; en la mitad otra vez el «patronato» de Diego «El Pulpo» Rey, capturanado balones y distribuyendo; para que Barreto o Medina fueran por los costados y llegaran con M. Reyes -el referente arriba- sobre el arco de Arenas.
En San Pedro un equipo disciplinado – férreo, bien Roberto Negrín en el fondo; Franco Negrin tirado unos metros atrás trataba de generar y contactar con Matías Bertinat para lanzar al hombre más desequilibrante que tienen los «santos» por derecha; Lauzarot.
En ese panorama aparece un «destello» de fútbol por izquierda; Riki Barreto que controla, habilita notable a Samuel Reyes que ingresa al área mayor y saca un zurdazo abajo que se mete entre el palo y el arquero para poner 1 – 0 a Valdense -con el que se fue el primer tiempo- y hasta allí «abrochar» el campeonato.
Pero… San Pedro demostró ser «un guerrero alta gama»; tal vez sin fútbol prolijo, pero con un corazón y una entereza enormes. Al igual que en la ida lo salió a buscar en el segundo tiempo y encontró. Primero, en una corrida larga por derecha, gana Lauzarot en velocidad; pone al medio una pelota potente -centro de la muerte- y Cehlay que venía cerrando no tiene tiempo de reaccionar, se la lleva puesta y es el empate 1 – 1. Tras cartón; en pocos minutos; otra vez por derecha encara F. Negrín esta vez, un defensor albiceleste que lo toca en el área -penal bien sancionado- y M. Bertinat que lo «canjea» por gol. Sorpresa y mutismo en el Celestino, ante «una ola» «santa» que parecía que se llevaba todo.
Y la «historia vuelve a repetirse»; como dice el tango… Cuando parecía que se venía la noche, apareció «la madera», la experiencia de un grupo con muchas finales; lejos de atribularse, de amilanarse; el campeón que sabía estaba al borde de «ir a la lona», se sacudió, se levantó, lo fue a buscar, empujó Araújo desde el fondo; Rey dijo aquí estoy yo; crecieron Barreto – Medina de gran juego y sobre la media hora del complemento, cuando no, en un unipersonal notable, ingresando por derecha, enganchando y definiendo con zurda; Riki «Maravilla» Barreto pone el 2 – 2, que le terminaría dando el título al Atlético.LA FIGURA: Diego Rey
Partidazo realmente, no por el contenido futbolístico; SI por el alto voltaje emotivo que le pusieron dos equipos que «son de echar», «de ir», de no guardase nada.
Se queda con el cetro de mejor Atlético Valdense; tal vez y sin tal vez; por ese «plus extra» que le dan el roce, el caminar de muchos de sus hombres, forjados en este entorno, acostumbrados a este tipo de lides.
En líneas generales el equipo de Courdín – Valiente – Sandoval termina siendo un justo campeón.
ALINEACIONES:
VALDENSE: M. Vigo – Cehlay – Araújo – Díaz – Castro – R. Barreto – D. Rey – S. Reyes – M. Medina – L. Brassetti – M. Reyes – DT: Horacio Courdín
SAN PEDRO: Arenas – Franco – Vignolo – R. Negrín – D. Calo – F. Torres – F. Fajardo – F. Negrín – M. Bertinat – Lauzarot – J. Calo
ARBITROS:
Bernardo Cabrera: sanciona bien la pena capital. Dejó golpear demasiado. Ahorró unas cuántas tarjetas amarilas, que en el correr del partido se podrían haber transformado de otro color.
Gustavo Barca – Alvarez: no tuvieron problemas. Bien.