Una chamboneada muy cara para todos los uruguayos

Tal cual se planteó el tema de la capitalización de ANCAP no creí conveniente acompañar esta disposición.

Está muy claro para todos los uruguayos lo que ha pasado con ANCAP; evidentemente, ya es imposible tapar el sol con la mano.

ANCAP perdió en los últimos dos años 500 millones de dólares. En 2004 tenía un pasivo de 400 millones, y hoy hablamos de más de 1.900.

No estamos hablando de cualquier empresa, estamos hablando de una empresa monopólica, con el combustible más caro de América, y hoy está al borde de la quiebra.

¿Qué originó todo esto? Los protagonistas dan sus explicaciones, se desmienten, se acusan entre sí…

La realidad es que nos están mintiendo o nos toman por tontos.

Aquí nadie parece ser culpable, pero sí pagamos todos los uruguayos.

¿Y qué se hace frente a esto? El gobierno resuelve capitalizarla en 900 millones de dólares.

Esa capitalización se hace con plata de todos los uruguayos. Son muchos millones de dólares que podrían haberse invertido en educación, salud, en viviendas para los jubilados o trabajadores.

Pero no, lamentablemente se manejaron los dineros de los uruguayos con mucha irresponsabilidad y hoy, si bien el Gobierno lo reconoce, sólo resolvieron capitalizar ANCAP, sin tomar medidas con aquellos que llevaron a ANCAP prácticamente a la quiebra.

No basta con atacar las pérdidas, no basta con dar un diagnóstico; hay que terminar con los negocios que no han resultado un buen negocio y cambiar a quienes llevaron a una empresa tan importante para los uruguayos a una agonía terminal.

Nosotros pedimos cambiar al Directorio de ANCAP, los gerentes, rever los negocios que no cierran, que por lo tanto dan pérdidas, cuidar las inversiones, cuidar los gastos, no incrementar funcionarios, pero nada de eso parece ser importante para un gobierno cuyo ex Presidente, el señor Mujica, y su señora, hasta hace poco tiempo gritaban a los cuatro vientos que la oposición, en los entes del Estado, estaba atornillada a los cargos.

Como ya nos tienen acostumbrados, “decimos una cosa y hacemos otra”.

Y cuando hablo de cambiar a los funcionarios o directores que tienen potestades de decisión, no juzgo a personas; para eso está la Justicia. Yo juzgo a los gestores de esos dineros públicos, a los que trabajaron mal, a los que nos vendieron costos de obras, como por ejemplo, la planta desulfurizadora por 90 millones de dólares, y en la que se terminó gastando 420 millones.

O las plantas de cemento portland, con un plan por 118 millones de dólares y en las cuales hoy se llevan invertidos 251 millones, para perder 30 millones de dólares por año. Pero no basta con eso: ahora el Directorio quiere destinar 240 millones de dólares más.

Y ni hablemos de la megafiesta con los vecinos argentinos, que se llevó 360.000 dólares.

¿Es necesario destinar otros 40 millones de dólares adicionales a una planta de cal, que exporta a Brasil, y se paga por incumplimiento, una multa de 7 millones de dólares?

¿Es necesario subvencionar en 100 millones de dólares al año la producción de biocombustibles después que se invirtieron 250 millones de dólares en ALUR?

Hay quienes salen a pedir disculpas, porque no creen que los uruguayos ya hayan disculpado bastante.

Poca memoria tiene el gobierno del FA. Hemos disculpado lo que pasó con los casinos, hemos disculpado el debacle de PLUNA, las carencias en salud, la inseguridad pública en aumento, el deterioro en la educación y ahora también hay que disculpar la chamboneada de los responsables de ANCAP.

Vaya, ¡con qué liviandad se hace uso y abuso del dinero de todos los uruguayos por el que tenemos la obligación de responder, con transparencia y honestidad!

No pueden decir que esto los sorprendió. Desde la oposición y hasta los propios actores del gobierno del FA, como Astori y Lorenzo, manifestaron a su cúpula en más de una oportunidad lo que estaba pasando con ANCAP.

A sabiendas, las autoridades anteriores y las actuales siguieron haciendo malas inversiones y además aumentando la plantilla de funcionarios en aproximadamente 1.300 funcionarios entre ANCAP y ALUR.

De una vez por todas se tiene que terminar con el “Yo no fui», «Yo no sabía», «La culpa es de aquel», «La oposición puso trabas» o «Es la herencia».

Señores, ya dejaron de ser creíbles; no nos tomen más por tontos.

También basta de pulseadas políticas entre ustedes mismos; las fuerzas de sus sectores resuélvanlas dentro de su propio partido y no a costa de que pague Juan Pueblo.

Ya han actuado dotando a ANCAP de capital, ahora es tiempo de actuar con responsabilidad y pensando en el país y en una empresa que es de todos los uruguayos, dotándola de gente especializada para reorganizarla y sacarla adelante, y así los uruguayos todos estaremos dando un gran voto de confianza.
Podemos seguir dando dinero a ANCAP, pero si no se cambian las cabezas el enfermo seguirá agonizando, hasta que ya no haya nada para hacer.

 

Graciela Matiaude
*Representante Nacional del Partido Colorado (VAMOS URUGUAY) por Canelones.

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