No va a ser «changa» decía mi abuelo. Valdense se enfrentaba al linajudo Porongos de Flores – un equipo de fútbol -, en una dura prueba aún como local, sabiendo que tenía que hacer una diferencia si quería llegar «vivo» al partido de vuelta.
Y no fue fácil. Es un buen equipo este elenco trinitario, ya un escaloncito más arriba de lo que se vió hasta ahora, y lo demostró.
Primeros 20´donde manejó el balón; jugó en territorio rival, sin dejar salir, ni pensar al albiceleste, que no encontraba las referencias en la mitad ,- le costaba acomodarse -, y tampoco conseguía el balón para lastimar como mas sabe.
Allí encontró los espacios Collazo (7); para generar con Gonzalez (5), – que terminó siendo la figura de la visita – ; Cedrés (3) trepando por zurda; para hilvanar con los de arriba; Schneider (9) y De Carlos (11) dos delanteros interesantes. Sobre el cuarto de hora llegada rápida por derecha, el remate de Collazo que define ante la salida de Vigo el caño derecho dice que no y en el rebote De Carlos que la empuja, gol; el asistente que levanta el banderín, Morán el árbitro duraznense que anula y todo sigue igual.
Fueron 20’, que los bancó bien Valdense en el fondo con Araújo «sable en mano» -a la medida para estos juegos- al igual que J. Torres; Amorín y Raymundo se fueron acomodando, Medina – Aranda jugando más el partido táctico que con pelota; y los de arriba M. Reyes – M. Bertinat a la «caza» de algún balón vertical restado desde el fondo que los encontraba en desventaja numérica con un rival; que pareció sufrir sobre todo cuando fueron encarados los centrales.
El partido se durmió de los 20’a 30’; Valdense logró traer «a su juego» al rival; y cuando era más parejito; mas entreverado; desde un tiro de esquina – misma película que ante Anglo – cambió el actor que ejecutó el córner; esta vuelta es Maximiliano Medina que la pone en «el lunar » del área, y apareció otra vez con las garras afiladas Marcos «El Felino» Reyes; conecta con golpe de cabeza, la manda sobre el caño derecho de Guanco que intenta pero no puede ; la pelota se le filtra entre las manos y es el 1- 0 para el Atlético.
Ventaja para el local, tal vez sin hacer mucho mérito, pero con el sello de la contundencia a la hora de definir. Cambió el paisaje en el juego, y había que ver si le daría «el rollo» a Porongos para buscar – exponiéndose en algún momento – sin que el local alargara la diferencia.
SEGUNDO TIEMPO APARECIÓ AMORÍN
La segunda parte no varió en demasía. Sólo que Porongos por ahí, relojeaba la posibilidad de apretar el acelerador, – Valdense le cedía la iniciativa – adelantarse unos metros en el campo; con Quagliotti empujando desde el medio; González armando el fútbol, lanzando a Collazo, más por izquierda y De Carlos por todo el frente; ante un elenco albiceleste que esperaba sin dejar espacios y esperaba la «estocada final».Y fue el trinitario; por afuera y por el centro; y apareció M. Vigo, otra vez clave -; y el trinitario intentó y fue, y apareció «el capataz de campo», apareció Juan Amorín con las «botas bien puestas» – márquele la tarea y la cumple a raja-tabla-; copó la banca, fue, vino, marcó por derecha, por izquierda, metió pierna fuerte y se transformó en figura ante las embestidas de la visita que, seguramente será un escollo durísimo en la vuelta.
Valdense hizo su partido, hizo la diferencia; e incluso generó 3 – 4 réplicas que pudieron terminar en gol; pudo ser para Aranda en una jugada que encaró y le dejaron el callejón central, fallando en la definición; pudo ser en un cabezazo de Bertinat, que termina encontrando adelantado a M. Reyes; pudo ser en una pelota que «duerme» S. Reyes que de lanzar a Aranda de primera podría haberlo dejado de cara al gol; pero no fue y la diferencia entonces es mínima para ir a buscar el pasaje a semifinales en el partido de vuelta.
Valdense tenía que ganar y ganó. Ahora la pelota está en la cancha de Porongos. El albiceleste está a siete días de meterse entre los cuatro mejores de la Copa de Clubes Campeones Divisional B.