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Porongos «marcó la cancha» como local, ganó 2-0 y es semifinalista

Porongos se metió entre los cuatro mejores de la copa de Clubes del Interior Serie B. Venció a Valdense 2 -0 en el Juan Antonio Lavalleja » trinitario» y está en zona de definición.

No se habían terminado de «abrir las puertas» del estadio; muchos no se habían sentado en las tribunas cuando a los 40 segundos del arranque; un desborde de De Carlos por derecha pelota al corazón del área albiceleste; Vigo que desvía y en la trayectoria; «la redonda» que encuentra en el camino a L. Castro que se la lleva por delante y la mete en su «propia puerta».
Gol local, 1 – 0; lo impensado del fútbol que cuando se da paraliza; y Ud. si anduvo en alguna cancha; sabe que estos golpes son difíciles de asimilar.

Y fue durísimo para el Atlético; tan duro que en la primera parte no dio «pie en bola»; no encontró ni las marcas , ni la pelota, menos aún la posibilidad de salir en alguna contra; ante un rival que se plantó con personalidad , con jerarquía y con «viento a favor» desde el minuto 1. El partido se jugaba en terreno visitante, no la «cazaban» ni Aranda, ni Barreto; y sin ser un «vendaval»; Porongos estaba más cerca de alargar la diferencia que Valdense de acortar.

Wilmar González el nº 5, fue el titiritero, tremendo jugador; Collazo y De Carlos por las bandas aparecían siempre libres y generaban riesgo, alimentando a Schneider, que aguanta, que las pide todas; a la vez que Quaglioti y Ruiz Díaz balanceaban la mitad.

Y así se fueron los primeros 45’; sufridos, para un elenco albiceleste que necesitaba imperiosamente irse a vestuarios para charlar, replantear y reordenar un panorama que no pintaba bien.

La figura del partido: Wilmar González.

Cuando Valdense parecía equilibrar, «gatilló» Schneider

Valdense salió a jugar la segunda parte sabedor de que por lo menos debía adelantarse 10 metros en cancha; para quitarle «la comodidad» a los volantes rivales que habían jugado un primer tiempo «a piacere»; conectar algo mas la mitad con los de arriba y por allí la posibilidad de sostener al local alejado del arco de Vigo y generar alguna chance.

Lo logró durante 12’, Barreto entró en contacto con la bola, se pararon mejor Raimundo – Amorín, esto daba respiro al fondo; pero… a los 13’ apareció el goleador; recibió de espaldas – casi sobre la empanada – al ingreso del área mayor; gira, recepción direccionada para la zurda, saca el remate y la pelota se mete sobre el caño izquierdo de Vigo; 2 – 0, y todo se hacía cuesta arriba.

Tras cartón, pasaditos los 20’, Leandro Castro comete una falta -no violenta- desde atrás, se le iba el delantero albo; ve la tarjeta roja, bien expulsado por el árbitro Palacios, y el cuesta arriba se hacía montaña; cuando todavía le quedaba mucho al partido.

Valdense sabía a esa altura que un gol le daba la clasificación aún perdiendo y fue a buscar. Quedó con tres en el fondo y se expuso; M. Reyes encaró, ganó y cuando parecía que venía el descuento lo traban justo y no fue; L. Brasetti que ingresó bien en el juego, fue por derecha la puso cruzada y cuando parecía que M., Bertinat la mandaba a guardar; el cabezazo que se le va desviado por el segundo caño; y tampoco fue.

Porongos tampoco daba tregua, y también generaba; sobre los 35´ una pelota larga por derecha al área albiceleste, el delantero albo que encara en velocidad; D. Araújo que lo toca en la carrera; falta; penal y la posibilidad de bajar el telón para el trinitario.

Fue Quaglioti; remate débil al medio; M. Vigo que se queda parado, contiene y Valdense que sigue con vida a 10’del final.
Y fue, ingresó M. Medina para empujar con mas aire, y con mucha entrega generó varias pelotas quietas que le pusieron un toque de incertidumbre al resultado hasta el final.

No pudo ser´. Ganó Porongos y ganó bien; fue superior en lo futbolístico a lo largo de los 180´, «marcando la cancha» sobre todo como local y demostrando ser un equipo ensamblado, con un esquema de mucho equilibrio en todas sus líneas; y jugadores de gran nivel, como por ejemplo su nº 5 Wilmar González.