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Dunas Sin Ruedas

La Intendencia de Colonia, a través de la Dirección de Medio Ambiente del Departamento de Planificación, Ordenamiento y Vivienda, informa a la población que se encuentra vigente el operativo «Dunas sin Ruedas».

Se trata de una campaña de sensibilización e información referida al impacto del uso de vehículos sobre las playas y el sistema dunar, que alcanza además a construcciones irregulares y paradores no autorizados en la costa.

La misma es impulsada coordinadamente en todos los departamentos costeros por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), la Prefectura Nacional Naval (PNN) y las Intendencias Departamentales, que intensifican este verano los operativos de controles de circulación vehicular en zonas de playas y dunas.

La importancia de las dunas costeras (médanos) radica en que son una reserva de arena para la propia regeneración natural de las playas.

Circular con vehículos en las playas contamina, desestabiliza y erosiona la costa, dañando su vegetación y generando grandes perjuicios a la fauna asociada. En efecto, algunas acciones que podrían parecer insignificantes, muchas veces afectan -delicada o abruptamente- ecosistemas muy importantes, entre ellos los costeros. Circular con jeeps, camionetas 4 x 4, cuadriciclos o motos, o edificar sobre una duna, ocasiona serios daños que perjudican a la naturaleza.

Normativa aplicable y multas

En términos generales, la población desconoce la prohibición y penalización por circular con vehículos en playas establecida por el Art. 29 del Decreto Nº 100/91, «Reglamento de uso de espacios acuáticos y costeros y portuarios», y por el Art. 452 de la Ley Nº 16.736 de 1996.

La previsión legal no sólo contempla la imposición de multas para los propietarios de los vehículos infractores sino, inclusive, el secuestro del mismo hasta tanto el infractor abone la multa.

En el Derecho uruguayo el régimen de las riberas se regula especial y sustancialmente por el Código Civil y por el Código de Aguas (CA). El incumplimiento del régimen de protección de la faja de defensa de costas, acarrea la imposición de sanciones, que incluyen multas y la restitución de la configuración de la costa a su estado original. Dichas sanciones son establecidas por el Ministerio competente (MVOTMA o Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), según el caso). Asimismo, la «prohibición de la extracción de arena, canto rodado y rocas en yacimientos ubicados dentro de la faja de defensa de costas» está establecida en el Art. 193° del Decreto Ley Nº 14.859 del 15/12/1978, según el cual «sólo podrá efectuarse hasta una cota no inferior al nivel situado cincuenta centímetros por encima del límite superior de la ribera».

La responsabilidad de la fiscalización es, en forma principal, del MVOTMA a través de la DINAMA (CA, Arts. 153 y 154, con la redacción dada por los Arts. 192 y 193 de la Ley Nº 15.903 de 10.11.1987, y el Decreto 59/992), y en forma excepcional, del MTOP, quien tiene a cargo las autorizaciones para extraer materiales, previo informe del MVOTMA (Art. 457 de la Ley 16.170).

Los incumplimientos constatados serán sancionados con la aplicación de multas de 25 UR ($ 23.416, al cambio actual) de conformidad con el Art. 452 de la Ley Nº 16.736 de 1996, que establece que «las acciones de particulares que mediante la utilización de vehículos de cualquier naturaleza impliquen la invasión de zonas de playa o anteplaya están prohibidas, pudiendo ser sancionados los propietarios de los vehículos infractores».

¿Cómo nos protegen las dunas?

El cambio climático conlleva un incremento de la frecuencia y la intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, tales como temporales, tornados, precipitaciones abundantes, fuertes vientos, tormentas eléctricas, granizadas, sequías, olas de calor, inundaciones y ciclones tropicales que, cada vez en forma más frecuente, se despliegan de manera muy rápida tomando por sorpresa a mucha gente que, en su mayor parte, no está preparada ni concientizada para enfrentar esta nueva realidad.

Como consecuencia de esos eventos, tras su paso quedan zonas devastadas o inundadas, techos volados, líneas del tendido eléctrico caídas, árboles derribados, casas derruidas, vehículos y embarcaciones destruidos y, muchas veces, personas heridas o fallecidas.

A lo largo de los 670 kilómetros de costa, Uruguay es azotado cada vez con mayor recurrencia por estos eventos climáticos extremos.

No obstante, nuestro país cuenta con un sistema natural de protección: las dunas o médanos. Las dunas poseen una gran dinámica y son moldeadas por los vientos predominantes -que tienen un circuito de movimiento natural de las arenas, hacia el interior en unos casos y hacia la playa en otros- y por la vegetación, conformando una barrera que impide que la arena se
disperse y que atenúa el impacto de las tormentas sobre la costa.

Pero la defensa del territorio ante eventos climáticos extremos es sólo uno de los muchos beneficios que significan los sistemas dunares.

Son, además, elementos del paisaje de enorme valor ecológico. Establecen una transición natural entre la línea de costa y las tierras interiores del litoral, y evitan el paso del agua hacia las zonas urbanizadas. Poseen una riqueza de fauna y de vegetación exclusiva de áreas de tránsito entre aguas saladas y semidulces o dulces, y distinguen las costas de nuestro país, donde crecen especies de flora y fauna protegidas.

Además, los médanos desempeñan un rol esencial en el cuidado de la biodiversidad siendo el sustento para la vegetación y la fauna, protegen las aguas subterráneas evitando el ingreso de agua salina, y contribuyen a mantener, proteger y cuidar las playas, los espacios de entretenimiento, diversión y esparcimiento por excelencia.

Colaboremos y evitemos sanciones

Si hemos entendido el valor de los sistemas dunares y queremos preservarlos por nuestro propio bien y el de las generaciones futuras, y al mismo tiempo evitar las siempre indeseadas multas, hay muchas cosas sencillas con las que podemos colaborar:

No bajes con vehículos a la playa. Hacerlo provoca daños intensos en las dunas, que nos protegen en caso de eventos extremos. Recuerda que, además, ello está penalizado por ley.

Para ingresar a la playa utiliza las bajadas y accesos habilitados. Ello permite conservar las dunas y su vegetación.

Contribuye a mantener el ecosistema costero cuidando el monte nativo (no lo uses como leña) y protegiendo la vegetación propia del lugar. Ello permite que la arena sea retenida en la playa, y es a la vez el hogar de diversas especies que sólo viven en esos sitios.

No extraigas ilegalmente arena, cantos rodados o conchillas de las playas, ya que ello acelera la erosión, lo que deriva tarde o temprano en inundaciones de las zonas urbanizadas. Recuerda, además, que extraer arena está sancionado por la ley.

No construyas, te instales, ni contribuyas de ninguna manera con las construcciones irregulares sobre playas y dunas, ya que ellas perturban gravemente la dinámica costera.

La recuperación de nuestros ecosistemas costeros es prioritaria.

Proteger y recuperar las dunas es nuestra responsabilidad.