Colonia Noticias

Puente Negro: cuando olvidamos la historia reflejamos un retroceso cultural

En el cartel «plantado» en una de las cabeceras de accesos al histórico Puente Negro en Villa La Paz C.P.; «reza» un poco de todo el simbolismo que encierra el mismo para la región.

Pero… ¿a quién le importa?… ¿quién detiene su mirada por un momento en un lugar que fue un «jalón» en la historia del departamento y el país?… ¿a quien le importa su restauración?… sabedores los gobiernos de turno a nivel departamental y ministros de todos los colores en Obras Públicas que no habrá un retorno monetario.

Por ahí hemos escuchado que es inviable su recuperación por la erogación económica que ello significa -cuando por el camino se pierden o se despilfarran «cientos de miles de dólares» que no se saben a dónde terminan – lo que nos parece una burda excusa; como tantos otros argumentos que tratan de eludir hincarle el diente al tema.

¿Inviable?… Tal vez sea inviable recuperar el Puente Negro para acceder con vehículos – autos, camiones, transporte de carga – puede ser; pero NO inviable recuperar un patrimonio histórico con un centenar de tablones de buena madera, ajustar su estructura y habilitarlo como un «pasaje peatonal» y mostrarle al mundo que en ese lugar se cimentaron muchas familias de la época que hoy son el reflejo en el presente de muchos que continúan forjando el quehacer diario de la región.

Aquí no vamos contra nadie; ni con nadie; simplemente decimos que es deplorable; patético, imperdonable el mirar para otro lado ante cuestiones que SÍ realmente hacen a NUESTRA HISTORIA como el Puente Negro – un lugar que se ha tornado hermosamente -peligroso- y que no me caben dudas la erogación que significaría ante otras que se hacen -a veces inentendibles e inexplicables- sería mínima para tan solo permitir que nuestros hijos, nuestros nietos aprecien «un símil» de una obra que no
debería pasar desapercibida entre «los eslabones» que marcaron el desarrollo de nuestro país.

Es triste; deprimente, o causa de rebeldía -me quedo con esto último- ver como el Puente Negro se cae a pedazos mientras muchos disfrutan de sus estancias, sus vacaciones esteñas, europeas, caribeñas -cosa que nos parece muy bien- pero que además les deberían servir para pensar, recordar y reflexionar que si estamos viviendo este presente es porque alguien lo forjó con mucho laburo sobre la base de nuestro pasado en todos los ámbitos y lugares.

Y señores les digo, lo tomen o lo dejen, que el Puente Negro es un ejemplo ineludible de ello. Sería muy triste que el peso de su rica historia «se caiga» sobre la desidia de vuestra indiferencia.

Dante H. Muniz