Hicieron mucho ruido al llegar, mucho ruido en el diario vivir y siguen haciendo ruido; o al menos generando temas y situaciones que seguramente son dignos de un estudio y revisión profunda acerca de su llegada al país, que puede ser positiva o negativa según el cristal con que se mire. Diferentes familias, circunstancias, paisajes, actitudes.
Una de las familias sirias fue asignada, ubicada en nuestro departamento, precisamente en Juan Lacaze; ciudad donde se les construyó una vivienda y asignó un lugar para desarrollarse en lo laboral. Sin embargo directa o colateralmente vuelven «los sirios» a ser noticia.
Como es sabido; en el año 2014 se les cedió una parte -por parte de la granja- predio; para que MEVIR les construya una vivienda en el lugar.
MEVIR construyó en el lugar; donde se alojó una familia siria integrada por un matrimonio y 14 hijos, la cual sus propias manifestaciones no se adaptó a la metodología de vida o contexto en los cuales se los ubicó, siendo trasladada en mayo del 2016 al departamento de Salto.
Luis Cabrera, presidente de «la Granja»; manifestó que la casa quedó deshabitada y al no estar en las mejores condiciones edilicias el lugar en el cual se venía funcionando, se comenzaron las gestiones para acceder a la casa construida por MEVIR.
MEVIR dió el «visto bueno» ante el pedido realizado y «La Granja La Esperanza Sabalera» ya funciona en la casa que un día fue construida en el marco y para «la llegada» de un grupo de refugiados; en este caso sirios.
Demás esta decir que nadie puede desconocer el gran trabajo que se realiza allí en la granja; con connotaciones altamente positivas promoviendo el trabajo con tareas de granja que apuntan a la inclusión social y laboral de quienes participan en las diferentes iniciativas y actividades del nombrado centro.