Simplemente una historia
Casa de barro y ladrillo
aberturas de madera
techo de chapas usadas
y un perro pegando vueltas.
Una madre embarazada
criada entre la pobreza,
y ausente por cobardía
La otra parte…la paterna.
Pasada las 9 lunas
un gurí se hizo presencia.
Nueve meses complicados
de aquella mujer obrera
que lavaba mucha ropa
que también era sirvienta,
que hasta el día del parto
trabajó sin una queja.
No tenía luz en la casa,
el agua no era de ella,
gracias a una vecina
tenía agua en su vivienda.
Crió al niño con cariño
también con muchas carencias,
y el niño creció adorando
a esa mujer que viera,
siempre en forma incansable
con una sonrisa tierna,
pero con voz enojona
si hacía reprimenda.
EL gurí se hizo mozo.
Ya terminada la escuela;
no quiso ir al liceo
un oficio era su meta,
para trabajar muy pronto
y así ayudar a su vieja.
Querido por los vecinos
por su forma tan atenta
EL ya joven trabajaba
todo un ejemplo él era;
dijo un día a su mamá
» ya no trabajes mi reina»,
con mi trabajo ya da
pa que descanses mi vieja.
Ahora me toca a mi
pagar esa inmensa deuda.
Inmensa deuda de amor
que mamá será eterna,
de acá en adelante
seré yo quien te mantenga,
vamos a arreglar la casa
tendrás luz de la buena
pondremos agua de OSE
te compraré lavarropa,
así más baldes no llevas,
y una tele de esas nueva
así podrás mamá ver
alguna que otra comedia.
-Pero mijo yo estoy bien
busque usted su propia senda,
debe independizarse
y formar sus propias huellas.
-Madre usted me enseñó
viviendo en la pobreza,
que renegar de su origen
eso sí es cosa fea,
me enseñó que trabajar
sin importar en que sea
hace que el hombre honrado
posea noble riqueza.
– Así mamá que desde ahora
gozará de su licencia
pues dedicaré mi vida
pa hacerla feliz mi vieja.
Fueron pasando los años
y el cumplió su promesa.
La casa cambió su todo
se hizo casa moderna.
La mamá vivió en Palacio
y ella era la gran reina.
Un día le preguntaron
si había cumplido su meta,
si la vida le había dado
los sueños que soñara ella,
-contestó con dulzura
subrayando cada letra-
«algún sueño no cumplí
pero me dio la existencia «.
La alegría y el orgullo
que siendo madre soltera
crié un hijo con valores
y con un alma tan buena
que el día que me vaya;
que el día que yo muera
he de morir bendiciendo
porque en la vida fui reina
porque el hijo que tengo
no se compara a riquezas
nada iguala esa fortuna.
POR ESO MI VIDA ES BELLA.
Ruben Daniel Santucho