BUENAS RAÍCES – BUENOS FRUTOS – Nací en Colonia Suiza, me crié donde la familia era el comienzo de todo. No había dramas porque las situaciones se cortaban de raíz, borrón y cuenta nueva, no íbamos a psicólogos,no sabiamos que existian, en el peor de los casos nos mandaban a Telmo Borges, éramos sanos, porque vivíamos sanamente, sin contaminantes externos ni internos. Nuestro HOGAR era sagrado. Los niños no discutían con sus padres, los padres eran la ley.
Me enseñaron a saludar, a despedirme, a decir gracias y a pedir permiso y el lenguaje de los ojos era señal de que algo te ocurriría por meter la cuchara. Salíamos a jugar todos, toda una aventura, en la calle,en el campito al fútbol, a la bolita, jugábamos al escondite, al papá y la mamá, saltábamos a la cuerda, etc. Podíamos caminar de arriba abajo e íbamos a casa de los amigos sin problemas. Comíamos lo que nuestras madres cocinaban, PUNTO! Comimos pan con manteca y café con leche al desayuno. Toda comida sana, no existía la comida chatarra. Se desayunaba bien, almorzaba, merendaba y cenaba, las cuatro comidas eran importantes.
Se nos enseñó el respeto y la humildad, hacia los demás y por la propiedad ajena. Como niño, no se hablaba si un adulto estaba hablando. Cuando nos llamaban, no había protesta. Nos encantó ir a la escuela porque teníamos amor, cariño y respeto por los maestros y teníamos la dicha de ver a nuestros amigos. iAy del que le faltara el respeto a un maestro! Los maestros eran unos genios, de los que aprendíamos muchas cosas y nos encantaba. Y si nos portábamos mal, a la Dirección y llamar a nuestros padres., De la boca de nuestros ancianos escuchábamos historias y consejos, con mucho respeto y admiración, porque para nosotros eran sabios.
Nos metíamos a la casa de nuestros vecinos y la mamá nos daba comida a todos, tiempos en que lo que hubiera se ajustaba para todos y nadie tomaba nada sin permiso y no se hacía tanto desorden porque siempre nos ponían a recoger. Como quisiera que pudiéramos volver a esos tiempos, porque estamos perdiendo a nuestros niños en una sociedad sin respeto a la autoridad, la compasión, el compartir, la humildad y sensibilidad por los demás.
VALÍA LA PENA Y «LO TRANSCRIBIMOS»; para lograr ser grande no se necesita vivir inserto en el «consumismo» – decir que sí a todos los cambios -no todos son buenos- y menos estar las 24 horas Conectados pero «DESCONECTADOS DEL PRÓJIMO». Gracias Marcelo, uno de los grandes de verdad, que llegó a serlo «desde el pie».
TEXTO FACEBOOK: Marcelo Sanchez