En principio, la Policía lo dio por muerto, sin embargo, el joven presenta signos vitales y fue trasladado al Hospital de Clínicas.
Según supo El Observador, sobre la hora 17:15 ingresaron varios vehículos de la Policía al asentamiento El Monarca, ubicado en el kilómetro 23 de la ruta 8. Para evitar que el delincuente volviera a escapar, los oficiales se metieron en las viviendas y allí esperaron. También sobrevolaba un helicóptero de la Policía. Cuando uno de los efectivos quiso entrar a la casa donde estaba el Kiki, se sintió un disparo.
El fiscal de Homicidio, Juan Gómez, dijo a la prensa que se utilizó «mucha inteligencia policial» para dar con el paradero del delincuente. Según explicó, realizaron escuchas telefónicas, se ubicaron celulares y se determinó «más o menos» dónde podía estar escondido.
«El análisis que hacíamos era de extremo cuidado, teníamos conocimiento de que esta persona había manifestado que no se entregaría a la Policía. Había un riesgo muy fuerte de que pudiera haber un enfrentamiento, que felizmente no hubo. Era muy difícil de rastrear y ubicar el lugar donde detenerlo», señaló el fiscal.