Comprendiendo las bases de su funcionamiento y por qué invertir inteligentemente en él – ¿Sabías que más del 90 % de las personas desconoce cómo poner sus 4 cerebros y 3 mentes, a su favor?.
¿Sabías que el MIEDO es una emoción, que, si bien nos salva la vida, en exceso causa estrés y ansiedad y deteriora nuestra salud?.
La falta de conocimientos y de herramientas para una gestión emocional apropiada, es la principal causa de enfermedades, pobreza mental y fracaso personal.
¿Por qué interesa la Neurociencia?
Actualmente se habla tanto de neurociencia porque el cerebro configura la manera en que percibimos (vemos, oímos, olemos y gustamos) y actuamos. Los nervios van desde nuestros órganos sensoriales directamente hasta el cerebro, quien efectúa toda la interpretación y emite una respuesta motora.
Nuestros pensamientos, sentimientos y acciones dependen de un conjunto variado de funciones cognitivas, emocionales y ejecutivas, tales como la atención y la memoria de trabajo. Estas funciones cerebrales dependen de redes de neuronas interconectadas que están “cableadas” unas con otras (dependiendo de la frecuencia con que se activan al unísono), por tanto, el cerebro afecta profundamente en cómo conceptualizamos el mundo, y por tanto, es la piedra angular de nuestras decisiones y conductas.
Neurociencia y Salud Inteligente
La información que tenemos sobre el cerebro humano, órgano responsable delaprendizaje, se ha visto claramente incrementada debido al desarrollo de tecnología cerebral.
Nuestros cerebros cambian constantemente durante la vida, al tiempo que crecemos, nos desarrollamos y envejecemos. Como consecuencia, también se modifican algunas funciones cerebrales, unas veces para bien y otras no tanto…
Durante muchos años los neurocientíficos se han fijando en la anatomía. Ésta es el área que procesa el lenguaje, ésta procesa los olores, etc, pero llevamos pocas décadas en que se puede ver funcionar al cerebro, en vivo y en tiempo real. Esto permitió, por ejemplo, comprobar y asumir qué neuronas están activándose o desactivándose ante una determinada tarea.
Ello fue posible gracias al desarrollo de métodos no invasivos como el tomógrafo de emisión de positrones (PET), o la resonancia magnética funcional por imágenes (IRMf). También a los descubrimientos sobre la bioquímica cerebral.
¿Qué es Salud cerebral?
La salud cerebral se refiere a tener un buen funcionamiento del cerebro (cognitivo, emocional y ejecutivo), necesario para prosperar en el entorno al que nos enfrentamos cada día y aquél al que nos enfrentaremos en los años venideros.
Es obvio que ignorar la salud de nuestros cuerpos sería algo imprudente, y lo mismo es válido para nuestros cerebros. El funcionamiento del cerebro no es algo en lo que empezar a preocuparse a los 60 ó 70 años, por dos razones:
En primer lugar, mejorar la función cerebral incide en nuestra capacidad para prosperar y tener éxito en cada etapa de nuestra vida, ya sea la infancia, la adolescencia o la edad adulta.
Por ejemplo, en una encuesta realizada en USA (en el 2010), identificaron la capacidad para manejar situaciones estresantes, el poder de concentración para evitar distracciones, y la habilidad de reconocer y manejar las emociones de uno mismo, como las funciones del cerebro prioritarias para prosperar personal y profesionalmente en el siglo XXI.
En segundo lugar, lo que hacemos en cada etapa de nuestra vida tiene un impacto sobre la salud cerebral a edades más avanzadas. La manera en que tratamos nuestro cerebro hoy, puede afectar a su salud y capacidad durante años.
Ahora bien, es cierto que nuestras prioridades tienden a cambiar con la edad, por lo tanto, tenemos que invertir de una manera más completa en nuestros cerebros y mentes, de un modo no limitado a la prevención del Alzheimer, sino que abarque también la trayectoria vital del desarrollo y el rendimiento cerebral.
Entonces…¿por qué invertir en nuestro Cerebro?
Porque el cerebro puede cambiar (des-aprender y aprender) a cualquier edad (para bien o para mal…)
Además, porque una cosa es lo que pensamos y otra cómo pensamos, qué recursos mentales utilizamos para discernir. Una vez que tomamos conciencia sobre los procesos cognitivos, los emocionales y cómo hacemos para aprender, estamos en condiciones de aplicarlo y mejorar nuestra vida cotidiana.
Tradicionalmente se veía al cerebro humano como un sistema esencialmente limitado y fijo, que sólo se degrada con la edad. En la actualidad, por el contrario, hemos comenzado a apreciar que el cerebro humano es realmente un sistema altamente dinámico y en constante reorganización, capaz de ser moldeado y reformado a lo largo de toda la vida.
Cada experiencia altera la organización del cerebro en algún nivel. El concepto central de este nuevo enfoque es la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro de cambiar y regenerarse a sí mismo en respuesta a la estimulación de la experiencia y el aprendizaje. Esto abarca tanto la capacidad de crear nuevas neuronas a lo largo de la vida (neurogénesis), como la capacidad de crear nuevas conexiones entre las mismas (sinaptogénesis).
En un cerebro joven, la neuroplasticidad permite un aprendizaje rápido, así como una reparación potencialmente más rápida. A medida que envejecemos, la tasa de neuroplasticidad disminuye, pero no se detiene. El Dr. James Zull lo dice muy claro: “Ahora sabemos que todo cerebro puede cambiar a cualquier edad. Realmente no hay límite para aprender, puesto que las neuronas parecen tener la capacidad de generar nuevas conexiones, siempre y cuando se activen repetidamente”.
La neuroplasticidad tiene consecuencias importantes para la salud cerebral, la vida y el desempeño. Significa que nuestras acciones y estilo de vida juegan un papel significativo en cómo nuestro cerebro cambia físicamente, y por correspondencia, cómo evolucionan nuestras capacidades mentales.
De forma más específica, la neuroplasticidad nos proporciona el potencial de poder resistir los efectos del deterioro y de las enfermedades, protegiendo la capacidad de adquirir conocimientos y experiencias, es decir, de aprender.
La neuroplasticidad no sólo permite prevenir un futuro deterioro cognitivo, sino que también proporciona la base para solucionar problemas existentes. Al practicar cualquier capacidad, uno puede estimular de forma repetida las mismas redes del cerebro, lo que fortalece las conexiones neuronales existentes y crea otras nuevas.
Con el tiempo, el cerebro llega a tener más capacidad y ser más eficiente (requiere menos esfuerzo para hacer el mismo trabajo), de modo paralelo a lo que sucede cuando entrenamos nuestros cuerpos.
Una consecuencia de la plasticidad del cerebro es que cada experiencia, pensamiento y emoción cambia físicamente su cerebro, de lo que se desprende que tenemos la capacidad, y la responsabilidad, de cuidar y mejorarlo.
Deberíamos ver a nuestro cerebro como nuestro bien más preciado, y en consecuencia invertir en él de un modo continuado. La oportunidad consiste en cultivar una nueva mentalidad y dominar un nuevo juego de herramientas que nos permitan apreciar y aprovechar al máximo sus increíbles propiedades.
Bien Ser y Buen Vivir
A pesar de que quizá desearíamos tener una píldora mágica, de momento siguen siendo nuestros comportamientos, quienes nos ayudan a vivir bien a nivel físico, emocional y cognitivo.
Múltiples descubrimientos y avances científicos actuales pueden traer consigo mejoras sustanciales sobre cómo mejorar nuestra salud y calidad de vida.
El concepto de Salud Inteligente hace más hincapié en la gestión del bienestar que en la curación de enfermedades. Reconoce el papel del hogar, la familia y comunidad como importantes contribuyentes a la salud y bienestar individual; y admite el papel central de la cognición en la conducción y el mantenimiento de hábitos saludables a lo largo de la vida.
Esto nos muestra la necesidad de educarnos a nosotros mismos en la toma de decisiones sobre algo tan importante como la salud y el rendimiento de nuestro propio cerebro.
¿Qué es Metacognición?
Metacognición es la capacidad de autorregular los procesos de aprendizaje, y como tal, involucra un conjunto de operaciones intelectuales asociadas al conocimiento, control y regulación de los mecanismos cognitivos que intervienen en que una persona recabe, evalúe y produzca información, en definitiva, que aprenda.
Los especialistas suponen que esta capacidad es connatural (de nacimiento). Cuando una persona cuenta con metacognición, está capacitada para entender y cavilar sobre el estado de la mente propia y de terceros.
El aprendizaje es clave. Desempeña un rol protagónico en los procesos de neuroplasticidad y el cableado de nuevas redes neuronales. También en desarrollo de metacognición, como capacidad de anticipar la conducta (propia y ajena), a partir de percibir emociones y sentimientos.
Muy a menudo dedicamos tiempo, energía y atención a nuestros cuerpos y a nuestras carteras financieras, sin pensar demasiado en el activo que nos permitirá (o no) disfrutar de los frutos de nuestro esfuerzo. No tiene mucho sentido pasar décadas ahorrando para garantizar nuestra supervivencia y seguridad financiera en el futuro, sin invertir en la salud y el rendimiento de nuestros cerebros.
La entrada es libre y gratuita. Fecha: miércoles9de mayo de 2018
Hora: 19:00 hs
Lugar: Rosario, Colonia, Uruguay