Con tres alargues sobre sus espaldas, Croacia llega a la final de la máxima justa mundialista del balompié.
Luego de remarla una vez más desde atrás, el equipo que tiene como abanderado a Luca Modric -esta vez en el alargue- se lo dio vuelta a Inglaterra, y se ganó el derecho a ley de juego a pelear por el título. Luego de un primer tiempo que encontró mejor parada a Inglaterra, quien logró sacar ventaja en el tanteador tras un notable tiro libre de Tripier y los croatas se vieron controlados, lograron superarse en la segunda parte y luego del empate; cambiaron la historia; adueñándose de la situación, con entrega, mucha personalidad y demostrando que con destellos futbolísticos puede complicar al más encumbrado.
Inglaterra terminó resignado, impotente, viendo como se le escapaba una buena oportunidad para volver a una final. Lo logró una vez, como local; en 1966, pero no pudo conseguirlo en Rusia 2018 cuando por momentos lo tuvo todo para llegar.
En Croacia y en la recta final aparecieron los Perisic, Modric, Mandzukic -algo lesionado- y apareció Rakitic para calmar las aguas y poner el juego en favor de los «cuadriculados».
Sigue soñando, Croacia, cuestión que minimamente durará hasta el domingo, donde se verán las caras con Francia y verán los croatas si están para festejar.
Con goles de Perisic y Mandzukic los de Daric dejan por el camino a los ingleses y ya están entre los dos mejores del mundo.