La Semana Santa o Semana Mayor está cargada del máximo sentido del AMOR y es un tiempo para reflexionar en aquel que dió su VIDA POR TÍ -Jesucristo-, Hijo de Dios; SIN PREGUNTARTE TU CONDICIÓN, para que anide en tu corazón la PAZ que «sobrepasa todo entendimiento»; la cual tal vez no logras, pues no le conoces.
Este “tiempo santo” muy bien podría ser utilizado para reflexionar en qué cosas podemos hacer -en nosotros primero- para realizar cambios positivos en nuestras vidas, trabajo, en el país y por qué no hasta en el mundo.
Los cristianos interpretan la Semana Santa, no como el recuerdo de un hecho histórico, o un momento de vacaciones sin sentido, para ellos es tiempo de perdón y de reconciliación fraterna, expulsando de sus corazones el rencor, odio y la envidia, la murmuración, el juzgar al otro; aún cuando no te sientes con atribuciones, ni tienes autoridad moral de juzgar al otro…¿tirarías la primera piedra?
El Jueves Santo abre el Triduo Pascual, que no es más que los tres días en los cuales se celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Comprende el tiempo desde la tarde del Jueves Santo, hasta la tarde del Domingo de Pascua.
El Viernes Santo es el episodio dónde JESÚS -el autor y consumador de la FE- muere en la Cruz, CUMPLIMENTANDO SU PALABRA -el no es hombre para prometer y no cumplir, es Dios mismo- y así fue, para también cumplir la promesa de que al tercer día se levantaría. Su tumba ESTÁ VACÍA -Criso vive- no es una historia bien narrada.
El Sábado Santo se medita sobre el misterio de la pasión de Cristo, y el Domingo de Resurrección, es el momento de mayor júbilo donde se celebra la resurrección de JESÚS dejando en claro que ni la Muerte ha podido detenerlo. Ese JESÚS QUIERE RENACER HOY en nuestros corazones, para que vivamos una vida plena y en abundancia. Acéptalo en tu corazón. ÉL hará el resto.
