En Rusia los incendios forestales masivos tuvieron proporciones devstadoras. Los mismos azotaron de nuevo a Siberia y el Lejano Oriente ruso este verano. El fuego se extendió por una vasta zona de más de 30.000 kilómetros cuadrados y el humo envolvió a muchas grandes ciudades de la región. Al mismo tiempo, el gobierno se comprometió a asignar 6 mil millones de rublos (91,6 millones de dólares) para la causa.
En el caso de la Amazonia, una de las zonas del planeta considerada como reserva de la biodiversidad, el bosque tropical más grande del mundo está en peligro debido al aumento en los incendios forestales que han devastado más de 3 mil kilómetros cuadrados este año, solo en la parte brasileña.
Tan alarmante ha sido la situación que la NASA -a través de su plataforma de Información sobre incendios para el sistema de gestión de recursos (FIRMS, por sus siglas en inglés)- dio a conocer una imagen satelital con los focos activos.
Este año, de acuerdo con los registros del centro de investigación espacial de Brasil INPE, los incendios forestales en el pulmón verde del planeta llevan una suma récord de 72.843 focos, un aumento de 83% frente al mismo período de 2018.
Este es el mayor registro desde que la entidad comenzó a recopilar estos datos en 2013.
El INPE dijo además que desde el jueves de la semana pasada sus satélites han detectado 9.507 nuevos incendios forestales, principalmente en la cuenca del Amazonas.
Este miércoles, el humo de los incendios forestales en el Amazonas viajó más de 3 mil kilómetros y oscureció completamente a Sao Paulo.
A través de su cuenta de Twitter, la ONG Greenpeace publicó una foto del hecho, apuntando que «el humo de los incendios en el Amazonas volvió a los cielos de Sao Paulo, a más de 3000 km de distancia, oscuro. Lo que sucede en el Amazonas no se queda en el Amazonas», según consigna en su informe radio Monte Carlo.