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Gorosito: «…yo fui a ver a Andrea Bocelli y no sé cantar»

TOMÁTE 5′ : podés leerlo con tu nene/a y por ahí ….

Pipo Gorosito: «Acá uno porque fue a ver a Klopp se cree entrenador; yo fui a ver a Andrea Bocelli y no sé cantar»

Por: Cholo Sotile

-¿Qué es lo que más te enoja que te griten en una cancha?

-Me duele cuando me gritan ladrón. Me da impotencia la facilidad con la que se denigra. Te dicen cualquier cosa y vos no te podés defender. En la calle no te lo dicen. ¿Y por qué en la cancha te tienen que reputear?-¿Alguna vez respondiste al grito de ladrón?

-Sí. Una vez, en Córdoba y Florida. Yo dirigía River. Estaba caminando con mi mujer. Me iba a comprar zapatos. En ese momento pasa uno y me reputea en el corte del semáforo. Me reí, viste. Miré y el tipo se para del otro lado de la calle. Y otra vez me vuelve a putear. Ahí fui y le pegué una piña. ¿Cómo me va a putear? ¿Está loco? Yo me peleo si me joden. Aunque me caguen a palos.-¿Y te peleás seguido?

-Ahora no tanto. La otra vez me agarré jugando al Baby en el club de mi barrio. Uno me recontra puteó y nos peleamos. Yo no le falto el respeto a nadie porque no me gusta que me lo hagan. Es imposible que yo carajee a alguien.-¿Es difícil para ustedes ir a jugar al fútbol? ¿Te pasa que te quieren pegar o tirar un caño porque sos Gorosito?

-Yo soy un enfermo. Tengo un equipo de Baby con mi hijo y con los hijos de mi amigo… Martes y viernes hacemos partido contra otros barrios cerca de mi casa. Jugamos por la cancha, que vale 600 pesos por equipo. Y jugamos a morir. Me cuesta jugar con los que no saben jugar. Voy y lo hago, pero no lo hago en serio. Te la dan mal, se la das y no te la devuelven. Me gusta jugar con los que juegan bien.

Se sienta a un costado. En Unicenter. En el restaurant de planta baja. Pide un café y se larga a hablar como hace años. Saluda a algunos que lo reconocen y sigue. Viene de entrenar a su Tigre. Y está por volver a su barrio. Ahí va y viene. A ver a sus hijos. A jugar a la pelota. Habla así. De jugar a la pelota. De los pibes que ahora dirigen. De los valores de sus viejos. Dice textuales dentro de sus textuales. Y Néstor Pipo Gorosito (55) baja un discurso que no le importa que vaya en contra de la supuesta modernidad.

-¿Seguís pensando que a «papá boludo, hijo boludo»?

-Absolutamente. Yo adelante de mi hijo no me voy a poner a insultar. Y no voy a permitir que él le falte el respeto a alguien. Pero esa vez, en Lanús, había un pibe que no paraba de decirme cosas delante del papá. Entonces tiré la frase. Es una ecuación simple pero casi todo el mundo me dice que es verdad. Yo siempre cuento lo mismo y mis hijos me cargan. Una sola vez mi papá me pegó un voleo en culo, como a los 14 años. Y mi mamá me pegó una vez con una chancleta, una vez que le pegué a mi hermana. Ni me gritaban. Igual yo les tenía un respeto sublime. Estoy convencido de que los valores te los dan en tu casa.

-¿Por esos valores no te fuiste de Tigre?

-Sí. Mi deuda es salir campeón con San Lorenzo y sé que voy a volver. Ahora tuve la posibilidad. Pero le había dado la palabra a Tigre. Yo les dije a los jugadores «si se quedan todos ustedes, yo me quedo». Los muchachos le dijeron al presidente «si se queda Pipo, nos quedamos todos». Yo no puedo irme y dejar a los pibes pegados. Aun sabiendo que me tendría que haber ido.

-¿Por un progreso en tu carrera o porque no querías dirigir en la B?

-No fue por no dirigir en la B. Salimos campeones, tenemos la única estrella de Tigre. No hay nada más arriba. Por eso, si hubiera sido mi hijo el técnico, yo le habría dicho «andate, te tenés que ir de Tigre».

-¿Relanzaste tu carrera en Tigre?

-Sí. Que el equipo haya jugado bien me relanzó. Y ganar me relanzó. Que es bueno y malo a la vez. Porque no es que yo ahora sé más que antes porque gané.

-¿En qué hace la diferencia un entrenador?

-En su capacidad. En su coherencia. Y en el material que tenga. Cuando yo era más chico confiaba todo en mi trabajo. Me decía «dame lo que quieras que yo me arreglo». Me vendían jugadores y no me calentaba. Pero después te das cuenta de que no te arreglás nada. La calidad de la materia prima la tenés que suplantar con cuatro años de trabajo. Y a vos los clubes te dan tres meses. Si no, volás… La mayor virtud que yo le veo a River, por ejemplo, es la intensidad con la que juega. Y la exigencia que debe tener el entrenador con sus buenos jugadores. El respeto-miedo entre comillas que le tienen a Gallardo. El que entra, corre como si se fuera a morir.

-¿Ese respeto-miedo se consigue con personalidad o con triunfos?

-Ganando y poniendo al que juega bien. Ahora, una cosa es decir «saco a tal y pongo a tal», que la diferencia es mínima. El problema es cuando tenés a 12 jugadores nada más…-¿Todos los técnicos se manejan así o cambió la tendencia?

-Hay una generación nueva, que la mayoría son todos estos pibes que no jugaron a la pelota, que se creen que ganan ellos. Entonces, hoy juegan con tres atrás, mañana con cuatro, pasado con cinco… Quieren mostrar que hacen algo diferente. Se tienen que dar cuenta de que el entrenador pierde. Los jugadores son los que ganan. Estos chicos cuando pierden es porque «faltó concentración». Nunca dicen «perdimos porque me equivoqué yo». Y cuando ganan declaran «los superamos porque apretamos la segunda pelota, porque achicamos… ¿Cómo es que dicen? Ocupamos bien los espacios tras pérdida… Hay cinco o seis frases hechas que repiten todo el tiempo».

-¿Es realmente así o en realidad molesta que dirija gente que no haya sido futbolista?

-Una mezcla de las dos cosas. Te soy sincero. Como quizás a algunos periodistas les molesta que yo vaya a trabajar a un canal si no estudié.

-No debería molestar si estás capacitado para hacerlo, si te preparaste.

-Ser entrenador no es hacer el curso. Acá vos vas, pagás la cuota mensual y te dan el título. Yo hice jardín de Infantes, Primaria, Secundaria, Terciario, post grado jugando al fútbol. Fui profesional durante 20 años. Más 15 años de Inferiores. O sea, antes de ser técnico jugué 35 años a la pelota… ¿Se entiende? Y acá uno porque fue a ver a Klopp se cree entrenador. ¿Y qué tiene que ver? Yo fui a ver a Andrea Bocelli y no tengo idea de cómo cantar… Por eso mientras ganan, van bien. Pero cuando pierden se les viene un quilombo de novela dentro de los grupos. Es fácil: hay que ir y preguntarles a los jugadores cómo se manejan cuando ganan y cómo cuando pierden.

-¿Vos decís que eso les puede pasar a Beccacece, o antes a Holan?

-Les pasa a la gran mayoría de los que no jugaron. Porque no tienen lo vivido. Pasa que desde adentro se venden cositas que a veces de afuera se quieren comprar… Yo tuve un entrenador que le tirábamos la pelota y la agarraba con la mano. Y la devolvía con la mano. ¿El tipo ese después me iba a decir qué tenía que hacer yo en la cancha?

-¿Te molesta cuando se habla de técnicos que ya están grandes?

-Hoy no me jode. Pero hace dos o tres años estaban con eso de poner todos pibitos a dirigir. Y hay pibitos que son capaces y otros que son incapaces. Como hay grandes que son incapaces. Cuando escucho fútbol moderno me enloquezco. El fútbol es uno solo. Es más simple. Es reiterar movimientos. Guardiola nos puso en bolas. Nos demostró que estábamos atrasados 200 años. Que todos los jugadores, salvo el arquero, tienen que jugar en 360 grados. Podemos hablar de salir jugando. Hay que elegir cuándo, obvio. Pero si un jugador profesional no puede dar un pase de acá a 5 metros… Y el que recibe, pararla para jugar… Hay que salir de la línea de pase. Si no podés enseñar eso, no podés dirigir.

-Guardiola los desnudó pero también obligó a volver a algunas formas.

-Sí. Pero perdimos lo que nos identificaba: la inventiva argentina. Hoy son todos iguales. El 4 igual que el 8. El 8 igual que el 9. Vos antes veías aquel de bigotes y era Luque. Hoy ves a todos con barbita, pelito corto y la raya hecha con la maquinita. Le han sacado la personalidad al jugador. Antes esas pequeñas cosas marcaban al futbolista.

-¿Por qué pasó? ¿Quiere dominar el técnico? ¿El jugador tiene menos personalidad?

-Porque la sociedad hace que todos tengan menos personalidad. Que sean todos iguales. Todos descartables.

-¿Hoy no faltan jugadores acá? Porque los mejores están en España, Italia, Inglaterra. La segunda línea en Francia, Portugal. Y hasta en México porque pagan bien.

-Si trajéramos a la Argentina a todos los jugadores de afuera seríamos la mejor liga del mundo con diferencia. En Inglaterra hay cuatro ingleses por equipo. Después son todos extranjeros. La calidad de jugadores se exporta. Ha ido cambiando todo, pero hay que tener cuidado en el desarrollo de los jugadores. Cuando dicen hay que hablar el mismo idioma que los chicos es un error. ¿Por qué? Por más que venga un pibe yo no le voy a decir «hola, gato», «hola, perro». No… «Hola, Diego, cómo te va». Han querido hacer creer esas cosas que le han hecho mal al fútbol argentino.

-¿No faltan líderes?

-Hoy los líderes lo hacen desde otro rol. Es todo por whatsapp. Nadie va, te golpea la puerta y te dice «qué te pasa, boludo, me enteré que hablaste mal de mí. Decime qué pasa y lo charlamos». A mí me pasó en San Lorenzo. Se decía que Lammens no me quería llamar. Le pedí hablar con él. Y le dije «yo quiero saber si es verdad tal cosa y que vos me digas qué te dijeron de mí». Me respondió que no y listo. Pero yo fui a encararlo de frente.

-¿Quiénes fueron tus líderes?

-El primero que tuve fue el Pato Fillol. Más el Negro Jota Jota, Passarella, Milonguita Heredia, el Negro Nieto, Carrasco. Después vinieron Ruggeri y Gareca, muy buena gente los dos. Yo de entrada no les hablaba. Los odiaba. Se reían cuando les decía «yo a ustedes no los quiero porque son muy bosteros». Ellos te encarrilaban. Te marcaban una distancia que hoy no la hay. Porque los grandes se quieren hacer los pendejos y los pendejos no respetan ni a los papás. Menos van a respetar a un compañero…

-¿A los chicos no les puede romper la cabeza ganar tanta plata tan rápido?

-Y… No es fácil. Hay chicos que a los 16 años pasan a ser papá del papá, de la mamá y de los hermanos. Cómo no te vas a desequilibrar si sos un nene y pasás de no tener nada a conseguir lo que se te ocurra. Y a mandar vos en tu casa. Por eso mi admiración con Messi. Es una cosa que sobrepasa a todo. Lo que veo y nunca una declaración fuera de lugar, jamás carajea a nadie. Es extraordinario como ejemplo para los chicos. Sale con la pelota bajo el brazo como cuando yo iba al campito enfrente de mi casa.

Los técnicos de Inferiores acá quieren trascender ellos. Te dicen ‘ganó la 96’. ¡No! Decime quién jugó bien.

-¿No creés que lo ayudó criarse en Barcelona?

-No. A un pibe no lo crían a los 13 años. Lo educás de más chiquito. ¿Tenés caprichito? Mirá la pared tranquilo y después vení. Vos no podés educar a un pibe en un restaurant si no lo hiciste en tu casa. Se ha perdido el respeto en todo este quilombo de libertades. En los colegios hay más psicopedagogas que maestros. Es una locura. Dicen que si le pegas un chirlo en la cola tiene que ir al psicólogo. Dejate de joder.

-Igual acá a Messi se lo critica por no ser campeón del mundo.

-Hay cada tronco que sale campeón del mundo. Yo salí campeón del mundo con River. ¿Entonces soy mejor que Ortega? Y que el flaco Enzo (Francescoli), porque él se fue y no salió campeón del mundo. No, viejo. Ellos han demostrado en River cien veces más capacidad que yo. Pero yo tuve la suerte de salir campeón del mundo. Me río con esas cosas que dicen. Entonces Maradona es el 33 por ciento de Pelé. Porque Pelé ganó tres Mundiales. Y Messi es el cero de Pelé. A veces te toca estar en el lugar justo y punto. No un deporte individual. Si la jugada de Messi en Brasil entraba iban a decir que era más que Maradona. No, Maradona fue el mejor jugador y Messi superó todo lo que yo vi.

-¿Qué entrenador te enseñó?

-Cuando dije en Chile que Manuel Pellegrini era el mejor entrenador que había tenido todos se reían. Decían que yo armaba el equipo. Con él aprendí cómo se analiza al rival en el video. Aprendí a acentuar los errores del contrario con movimientos propios. Antes decía «tengo un defensor lento, entonces le pongo un delantero rápido». No. Manuel hacía trabajos para generar que el más rápido de golpe encuentre al más lento mano a mano. Distracciones. Y Guardiola también potenció eso. Yo la otra vez los veía a Lautaro y al Kun Agüero corriendo hasta allá atrás. Los sacás de su hábitat natural para hacerlos jugar de volante. Poné a un volante entonces…

-¿A Sampaoli le pesó no conocer al jugador argentino?

-El tema es cómo llegan al lugar. Las formas. Cómo llegó Sampaoli a Chile. Cómo llegó acá. Yo no lo conozco… Qué sé yo. Pero hay cosas que no entiendo. Cuando un entrenador no le dice al ayudante de campo quién va a jugar, los cambios, o por qué decide tal cosa. ¿Para qué lo tenés de ayudante? Buscate otro en el que vos confíes. Todos esos misterios me cuestan entenderlos. El tipo había mostrado mucha capacidad en la U de Chile con una generación extraordinaria. Y había mostrado mucha capacidad en la selección de Chile con un proceso que ya venía y jugaba solo prácticamente. Le pasó a él y a Pizzi: jugaban los mismos y lo hacían de memoria.

-Pensás que aprovechó el trabajo de Bielsa.

-Sí. Para mí sí. Aunque también mostró su trabajo. Si no, no hubiese durado.

-¿Te gusta el falso 9?

-Según. Cuando fue Messi en Barcelona estuvo bien. Por eso lo más importante es la materia prima. La ventaja que tiene la Selección es que vos elegís la forma y a partir de eso elegís a los jugadores. Ahora si después ponés al 7 de 4, al 4 de wing izquierdo, para qué… Yo entiendo que en el desarrollo de un partido podés variar porque se liberó un lado. Pero ya de arranque, que el 9 juega de 6 es un quilombo. Al jugador lo confunde. En cada posición hay 4 ó 5 secretos básicos. Qué les vas a decir. Ahora, si el 2 te aparece ocho veces de 9, algún quilombo te dejó atrás. Y para darme cuenta eso no me hace falta un drone…

-¿Por qué no se juega más con enganche?

-Se perdió al especialista. Ponen tipos que hagan dos o tres cosas más o menos, en vez del que hace una excelente. El que gambetea, que gambetee. Si pasa una de tres, te hace meter el gol. Pero acá cuando pierde dos pelotas lo putea el de la tribuna. «Tocala», le grita también el DT. El problema son las Inferiores. Tienen que poner gente grande con los chicos. Sacar a los pibes que quieren dirigir Primera y poner docentes. Antes los tipos venían caminando y te decían «aquel juega de 4». Hoy son todos iguales. Porque los que dirigen quieren trascender ellos. Te dicen «ganó la 96». No. ¡Decime quién jugó bien! Andá a ver Infantiles: el entrenador saca al 9 y pone un 2. ¡Y putea al referí! Los tipos que están ahí le tienen que decir «no, campeón, así no. Vos tenés que mantener la cordura porque sos docente». Hasta en el Baby la tiran para arriba… Yo con Coco, el pibe mío de 12 años, no fui más. Le dije a mi señora «yo sufro, estos no le enseñan a jugar». Si les enseñan a jugar, después van a ganar. Pero acá es al revés de la realidad: les quieren enseñar a ganar antes de enseñarle a jugar.

PIPO GOROSITO
Infobae