El padre de la niña no asistió a la entrega y por lo tanto fueron los llamados Mossos d’Esquadra los que la recibieron, según informó el medio local El Periódico.
«No me quiero ir», gritó la niña de siete años al salir del consulado mientras su madre se despedía. La entrega fue realizada en presencia de los abogados y supervisada por un psicólogo, indicó el medio.