EL GRAN WILLYS NO LA PASA BIEN.
Nadie como Salatino debe conocer y saber en el mundo deportivo sobre la vida de Guillermo Vilas.
MUNDO DEPORTIVO – «Cuando te enterás las cosas de manera personal, no las contás», arrancó Salatino, dando por confirmada la información sobre el momento de Vilas, pero mostrando su descontento con el hecho de que se haya hecho pública la situación.
Sostuvo que él sabía de esta situación hace largo tiempo y dio varios detalles: «Somos varios los periodistas que lo sabemos, porque hemos tenido relación personal con él. Yo me di cuenta en el Abierto de Estados Unidos, cuando quería hacer de nuevo Sin Anestesia (el programa televisivo de Salatino) porque el que habíamos hecho salió mal. Y al ratito de hablar con él, me di cuenta que estaba en otro lado. Tengo muchos elementos para empezar a pensar qué le pasa. Con el pasar del tiempo nos fuimos enterando por gente que está con él. Especialmente por Eduardo Puppo, que está escribiendo un libro sobre él y trabajando con el numero uno de la ATP, que tiene casi contacto diario. Sabemos que Guillermo está con problemas cognitivos hace tres o cuatro años. Tiene momentos en los que está perfecto y otros en los que está algo perdido».
El periodista aseguró que no hay un diagnóstico certero de la enfermedad pero que es sabido que algo no anda bien: «A medida que fue pasando el tiempo, su salud fue empeorando. No sabemos exactamente qué es. Sería imprudente hablar de Alzheimer o demencia senil, sí sabemos que tiene problemas cognitivos aunque eso sea una definición amplio. Se dio la noticia, no es mentira y no tenemos pruebas porque no soy médico. Me consta que no está bien porque he hablado con él y sé que no está bien, pero no tengo ninguna prueba para decir qué es lo que tiene porque nadie dijo profesionalmente lo que tiene. El problema cognitivo es amplio y debe ser verdad».
Salatino contó que conoce a Vilas desde que el tenista tiene 10 años y que fue una de las personas que más lo apoyó cuando murió su hijo. Y fue claro con el momento que lo marcó para darse cuenta de lo que está atravesando Guillermo: «Mi precisión es de hace tres años, en el Abierto de Estados Unidos, cuando hablé con él y me quedé helado. Pero venía de antes, ya lo notábamos en Buenos Aires en el último tiempo del Vilas Ráquet. Almorzando en Madrid en diciembre con Arturo Romero, su amigo, socio y mano derecha comercialmente, me dijo que había estado en Montecarlo con Guillermo y me contó con lujo de detalles. Hay momentos que se pierde», expresó su amigo y periodista al diario deportivo Olé.