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Peñarol volvió a mostrar las mismas carencias que en el fútbol interno y volvió a la Copa Libertadores con una derrota, ante un timorato Colo Colo.
Insinuó alguna mejoría el equipo Carbonero en los primeros 45′ ante un opaco equipo chileno -con serios problemas en su interna-, sin concretar en la red, hasta que tras aprovechar el yerro -resbalón- de un zaguero rival pudo concretar el 1 – 0, en una definición entreverada; y de esa manera irse al vestuario con la ventaja mínima.
Hasta ahí un resultado altamente positivo, no por la gran producción de Peñarol sino por el resultado en sí.
Muy poco en la generación de juego de mitad de cancha hacia arriba -si no hay generadores, quien la tenga, piense habilite, hay pocas chances-, de «runners» esta lleno el Uruguay, el fútbol es otra cosa.
Con la pegada de vez en cuando de Terhans y algunos buenos movimientos del pibe Agustín Álvarez, no alcanza, muy poco para un equipo con la historia de Peñarol.
SEGUNDO TIEMPO
Acelerar 10 minutos le bastaron al elenco chileno para cambiar la historia.
La entrada de Valencia -el 10-, le dio un viraje especial al juego de Colo Colo -cuando aparece alguien que sabe con la pelota se nota- y Valencia lo demostró, siendo figura jugando tan solo 45 minutos. Emparejó las acciones Colo Colo manejó mejor y con precisión la pelota en la segunda parte, con un Mouche y un Esteban Paredes – mundialista – que con 40 años tuvo en jaque a una magra defensa aurinegra; sólo con eso; y algunas precauciones en la marca -el carbonero ofendió poco- le alcanzó para quedarse con tres puntos importantísimos.
Perdió Peñarol sin mostrar nada nuevo salvo algún cambio de nombres; pero en lo estratégico y funcional sigue siendo muy pobre. Hay jugadores que no justifican su presencia a esta altura. Tendrá que mejorar muchísimo, se le ha complicado la serie, y si no encuentra variantes en nombres y funcionamiento, no se vislumbran buenas perspectivas mirando al futuro.
