EL ALUMNO SUPERÓ AL MAESTRO… Y BIEN.
Chelsea celebra su segundo título de la Liga de Campeones después de vencer merecidamente, jugando un partido casi perfecto defensivamente y aprovechando los espacios que dejaba el Manchester City.
Después de una primera mitad intensa, ordenada en marca y punzante cuando se lanzaba, Kai Havertz puso a Chelsea en ventaja a los 42′ tras una cesión directa de Mason Mount para eludir a Ederson y empujar el balón al arco vacío y enloquecer a los fanáticos de los Blues.
El City no encontraba respuestas, rodeado, sin espacios, – con un pequeño gigante como Mgolo Kanté -, de estupendo juego en la mitad del Chelsea, y recibe trascartón un gran golpe cuando Kevin De Bruyne – sensacional jugador pero de baja puntuación en esta final – se retira tras un choque, y sufrir una lesión en el cuello y su cara.
El Chelsea controló, siguió dominando, con Christian Pulisic perdiendo una oportunidad para duplicar y liquidar a 20′ minutos del tiempo completo.
El City desarticulado, empujó, – y dejó la prolijidad, el toque en velocidad, la descarga ( que aparecieron poco), y buscó con variantes y algunos pelotazo encontrar la igualdad, que no llegó ante un Chelsea que hizo un trabajo con alto puntaje, y repite así las escenas que se dieron allá en Munich por el año 2012.
Ganó bien el Chelsea. Esta vez el alumno aprendió rápido, y superó al maestro.