El edil departamental Gabriel Gabbiani (Partido Colorado – Ciudadanos) presentó ante la Junta Departamental de Colonia un Proyecto de Decreto por el cual se designa con el nombre “Padre (SDB) Antonio Gini” a la calle tradicionalmente conocida como “Defensa” -nombre no homologado por la Junta Departamental- de la ciudad de Juan Lacaze.
La Exposición de Motivos del proyecto del edil colorado dice textualmente lo siguiente:
El Padre Gini nació en Montevideo el 25 de enero de 1902. En 1912 ingresó al Colegio Salesiano Sagrado Corazón. Fue a la Capilla San José del Manga en 1913. Recibió la sotana en 1918 de manos del P (SDB) José Gamba, nada menos que un alumno de Don Bosco que había sido enviado por él a América formando parte de la Tercera Expedición Salesiana en 1879, designado superior general de los Salesianos de Uruguay y Brasil, y a la muerte de Monseñor Lasagna (obispo italiano y fundador de las obras salesianas en ambos países) en la Inspectoría de Uruguay y Paraguay.
El joven Gini hizo su trienio en el Sagrado Corazón en 1921 y en Salto en 1922 y 1923. Fue ordenado sacerdote en Turín (Italia) en 1927 por el mencionado P (SDB) Gamba.
Sus actividades sacerdotales incluyeron ser encargado del Oratorio Festivo de Las Piedras de 1928 a 1934, catequista de los Talleres Don Bosco en 1935, Encargado del Oratorio Festivo de Juan Lacaze de 1936 a 1938, director de La Teja de 1939 a 1943, director de San Miguel en 1944, fundador y director del Instituto Misionero “Monseñor Fagnano” en Argentina, de 1945 a 1947, teniente cura y maestro en Juan Lacaze en 1948, maestro en Mercedes en 1949, párroco en La Sierra en 1950, teniente cura en el Manga de 1951 a 1953, párroco en Vichadero de 1954 a 1957, catequista en el Colegio Don Bosco en Paysandú de 1958 a 1959, maestro y asistente en Las Piedras en 1960, maestro y asistente en San Pedro de 1961 a 1963, teniente cura en Juan Lacaze de 1964 a 1969, capellán en Rincón del Pino en 1970 y teniente cura en Juan Lacaze desde 1971 hasta su fallecimiento en esa ciudad, el 20 de febrero de 1978, a los 76 años de edad.
El Padre Gini llegó a Juan Lacaze junto al Padre Julio Baqué el 29 de mayo de 1936, siendo los dos primeros salesianos en hacerlo. En un comienzo de alojaron en el “Colegio San José”, de las Hijas de María Auxiliadora, un edificio originalmente construido por don Miguel Campomar, principal de la empresa textil “Campomar & Soulas SA” para alojar al hospital de Juan Lacaze, que luego fue donado a esa orden religiosa.
Gini fue el pionero del Oratorio Festivo de la ciudad. Los Oratorios Festivos son espacios juveniles educativo-pastorales informales y preventivos característicos de la tradición salesiana, que combinan educación, recreación, estudio, catequesis, diversión, esparcimiento y promoción social. Ese espacio en Juan Lacaze conjuntaba además funciones de cine y campeonatos de fútbol en lo que entonces se denominaba “La Carbonilla”, una cancha de fútbol contigua al templo parroquial.
Años más tarde, en 1944, Miguel Campomar hizo construir el edificio de la Escuela Industrial San Juan Bosco, que fue entregado a la Congregación Salesiana. Ese centro de estudios impartía clases de Enseñanza Primaria y también cursos de técnica textil y lanera, artes gráficas, carpintería y ebanistería. De allí surgieron profesionales y trabajadores con capacitación en diversos oficios, que hasta la actualidad dan testimonio de la mano de obra altamente capacitada de la localidad.
La obra salesiana, de la mano del Padre Gini, fructificó y se expandió. Así surgieron la Banda Don Bosco, el Oratorio Festivo de Villa Pancha, el Grupo de Exploradores Don Bosco -devenido luego en el Grupo Scout Nº 1 Gral. José Artigas, reconocido hoy como el primer grupo scout del Uruguay-, el Movimiento Anti Ocio (MAO) creado en 1961 por el Padre (SDB) Miguel Innella para niños de hasta alrededor de 12 años de edad como espacio de recreación, y el Centro Pío XII, similar al MAO pero para adolescentes y jóvenes, emprendimientos que con el tiempo y de la mano de otros inolvidables sacerdotes, entre ellos el P (SDB) Pedro Silva, el P (SDB) Walter Cocozza, el P (SDB) Mario Silvestri y muchos otros continuaron desarrollándose con éxito.
Conocimos al Padre Gini en su última etapa. Visualmente tenemos el recuerdo de una persona muy viejita, mucho más añosa que los 76 años de una persona en la actualidad, pero sin embargo lo recordamos con una permanente sonrisa, siempre alegre, con una dinámica y una vitalidad encomiables, propias de un adolescente salesiano. Era un sacerdote forjado en la más pura esencia de Don Bosco, por su espiritualidad activa y dinámica con especial predilección por ocuparse de niños y jóvenes, con una propuesta acorde a la realidad juvenil y expresada de forma sencilla para que los jóvenes pudieran comprenderla y ponerla en práctica: construirse a sí mismos en personas de bien, con valores y virtudes, participar en la construcción de la sociedad y servir al prójimo con alegría en la vida cotidiana.
Era de los viejos sacerdotes de sotana, la misma que se arremangaba hasta las rodillas para mezclarse con los alumnos en los picaditos de fútbol en los patios de la Escuela Industrial San Juan Bosco.
El recuerdo del Padre Gini perdura en los lacacinos a pesar del paso del tiempo, y cabe preguntarse por qué. El Padre (SDB) Mario Silvestri, que como queda dicho también fue párroco en Juan Lacaze, se hizo esta misma pregunta: ¿Qué valor ha sabido descubrir el pueblo en el Padre Gini? Y recordaba entonces que “lo primero que hizo el P. Gini cuando fue a fundar la obra lacacina fue trabajar en el Oratorio. Así pasó a ser famoso por la gran cantidad de niños y jóvenes que movilizaba: campeonatos, juegos, todo matizado con una gran cantidad de anécdotas (…). Se servía de esto como medio para hacer catequesis y para llevarlos a la práctica religiosa, especialmente la Santa Misa que era condición sine qua non para poder participar en las actividades oratorianas”. Lo que hablaba, también, de la picardía de este entrañable sacerdote que todos querían, que con todos hablaba y a todos atendía, sin distinción alguna.
“Otra característica de la actividad apostólica del P. Gini -continúa Silvestri- y que desarrolló especialmente en los últimos años de su vida fue el cuidado de los enfermos. Al P. Gini se lo veía todo el día en la calle, porque pasaba de casa en casa donde hubiera enfermos para llevar su palabra de consuelo, de aliento.”
Entendemos que homenajes como la designación de una calle deben distinguir a ciudadanos que han forjado su vida en el servicio a la sociedad o en el destaque de una actividad, y no por afinidad religiosa, política, deportiva o simple amistad. La vida del padre Gini, por lo expuesto, fue una vida ejemplar, dedicada a la sociedad, al prójimo, a los niños, a los jóvenes, a los enfermos, a los más necesitados, a la ciudad de Juan Lacaze, a su gente, a su historia y su presente, por lo que entendemos que esta designación es un reconocimiento altamente merecido.
Por lo anteriormente expuesto, presentamos a consideración de la Corporación el siguiente Proyecto de Decreto de designación de una calle en la ciudad de Juan Lacaze con el nombre de “Padre (SDB) Antonio Gini”.