Por Alex Hernández: No nos vamos a extender demasiado en el comentario.
Sí que ha muchos «amigos futboleros» le habíamos comentado que este era el momento para ganarle a este Brasil. Y se le ganó. Y vale.
Luego de un primer tiempo bastante «chato de ambos», Brasil se encargó de llevar «la pelota a domicilio» pero sin lastimar, no se acercó a Rochet y con un Uruguay respetando al rival y «más ordenadito» en sus líneas que partidos anteriores – aunque muestra todavía falencias defensivas, sobre todo cuando pierde el balón (van y van los volantes dejando espacios tremendos entre una línea, el fondo, y otra , la mitad ) – sin perder la calma , que vale y mucho, y «metiendo un gancho» en el momento exacto, con la contundencia que faltó en otros momentos. Un tiro al arco un gol.
En la segunda mitad, controló el juego Uruguay, nunca tuvo respuesta este Brasil, inocuo, insípido por momentos , que terminó de desmoronarse – al recibir un gol «de campito» – cuando de un lateral y sobre la línea de fondo Núñez la manda al medio y el Nico De La Cruz – otra vez el mejor para nosotros – pone el 2-0, lapidario para la visita.
Buenos movimientos de Darwin, Ugarte tratando de dar el equilibrio; bien – por momentos queda muy desamparado -; muy bueno lo de Maxi Araújo – un típico wing cuando va por la raya – desequilibrando en el «mano a mano», y cuando la «manija» la agarra De La Cruz, todo el equipo celeste mejora.
Es el jugador que » va leyendo» – no mirando – el partido a la perfección, en determinado momento «encuentra el renglón» preciso, – quita, apoya, descarga, le da la circulación exacta a «la linda» y a todos se le hace más fácil.
Cosas para mejorar, si. Como han habido siempre. Hay madera y buena. Si se pierden los miedos, ya no hay cucos -hace 20 años-, se puede soñar.
Ganó Uruguay y ganó bien.