Luego de un primer tiempo similar, a lo visto en el primer juego entre Peñarol – Liverpool en el Centenario, donde nuevamente Peñarol le cerró los caminos al local, y salvo el tiro libre de Medina sobre el final del P.T. que pudo en ese periodo poner – tal vez – injustamente a Liverpool arriba en el marcador; Aguirre le ganaba una vez más la pulseada a Bava, en el terreno de juego.
SEGUNDO TIEMPO RARO
En la segunda mitad ambos técnicos mueven las piezas, Liverpool parece inclinar levemente la balanza a su favor complicando el fondo -endeble, dubitativo aurinegro- con la movilidad de Bentancur; mientras Peñarol intentaba conectar con Franco González para generarle algo más a un Matías Arezzo que tuvo en su pie derecho – tal vez si , tal vez no – el rumbo de la primera final, errando de manera increíble con todo el arco a disposición, rematando contra el clavo ; un Britos – que terminó siendo figura – cuyo mérito en la ocasión, fue plantarse frente al delantero, que definió extrañamente de manera deficiente…
Sobre los 20′ de la segunda mitad, ocurre lo INSÓLITO del partido, sí de fútbol profesional hablamos. Pelota que rebota en el árbitro, NADIE comete falta, (cabe reanudar con balón a tierra, posesión carbonera), nada raro.
Y… sucede lo poco o nada profesional. Dos jugadores que se hacen expulsar, de la nada. Mi abuelo Zoilo diría «por bobos»…
Y… a río revuelto; ganancia de Liverpool, (otra vez no jugaba cómodo) , pero ve como Peñarol pierde a quien podía ser «el hilo conductor» de su fútbol. A su vez ve, como se le agranda la cancha, comienza a encontrar los espacios, y con una cancha «más grande»; Peñarol empieza a mostrar sus graves falencias defensivas.
Lo aprovecha bien Liverpool – Pereira otra vez clave, Bentancor «marcando» siempre el pase descontrola el fondo rival – , y sin ser nada del otro mundo ni generar demasiado; en dos pelotas por aire en la que los zagueros mirasoles ponen los ojos ( el avión, el avión…) sin mirar los movimientos del rival – pierden la referencia – , liquida un pleito que no le había sido para nada favorable; pero que encuentra en dos «groseros errores de marca» -dos regalitos navideños- que Vecino en su lugar y Bentancur se encargan de «canjear por gol» para darle una buena ventaja en la definición.
Buena ventaja, no definitiva.
En este fútbol uruguayo – con un nivel chato – puede pasar cualquier cosa.
El «negro de la cuchilla» pegó primero,
en la definición del Campeonato Uruguayo y saldrá corriendo con ventaja en el Campeón del Siglo.
Habrá que esperar.
Porque la vida te da sorpresas.
Y el fútbol uruguayo, en los niveles mostrados, también te las puede dar.
Por ser contundente, ganó Liverpool.