El carbonero venció a Liverpool el favorito de «la cátedra» en el Centenario y forzó dos finales más.
Con muy poquito – 3,4 variantes en el posicionamiento – de Diego Aguirre, para maniatar a un rival, que demostró maniatarse solo a la postre – sin elaborar ni desarrollar nada parecido a lo hecho en la segunda parte del campeonato. Y Peñarol con el poco fútbol que tiene, apostando al rinde de algunas individualidades lo superó, tratando de buscar – «pagar peaje» – por los pies de Sebastian Rodríguez , sin dudas el jugador mas completito que tiene el aurinegro, tratando de distorsionar arriba con la velocidad de Gonzalez – al mejor estilo Martinuccio – pero sin concretar y un Arezzo al acecho pero tampoco encontrando la pelota clara para definir. Nada extraño lo de Peñarol, simplemente bien plantado; con los dos botijas en la mitad- mejor Garcia – con Mallada como desahogo por afuera, para contener a un Liverpool que no generó , ni llegó para inquietar a una defensa aurinegra que cuando se le juega vertical y rapidito, tiene serios problemas. Liverpool no lo hizo nunca y lo mas peligroso, fue un cabezazo de Vecino cruzado ante un centro desde la izquierda donde respondió bien De Amores. No aparecieon ni Meli , ni Medina ( solo chispazos ) – las usinas negriazules – , y solo la rebeldía de su capitan Pereira, un enorme jugador, marcando y buscando arriba.
En líneas generales y en el planteo , el carbonero sacaba una pequeña ventaja a su favor sobre los de Bava ,y mas cuando «el negro» queda con un hombre menos y Aguirre pone al «Cepillo» Gonzalez – titular para nosotros en este medianito equipo -, aunque todo se encaminaba al punto del penal.
Un gol de Abel Hernández – que juega poco por las lesiones, pero a tenido goles claves – tras una notable habilitación del Cepillo González a los 119′ le dio un agónico triunfo al carbonero para seguir soñando. Liverpool , como en la escuela, si quiere cumplir el sueño de ser Campeón Uruguayo, «debe rendir mas».