El 24 de junio de 1935, a los 44 años, murió en Medellín, Colombia, uno de los máximos exponentes de nuestra música ciudadana: Carlos Gardel.
Cantante, compositor, actor de cine, querido y recordado por el público como Carlitos, El Zorzal Criollo, El Morocho del Abasto, El Mago, El Rey del Tango, El Mudo o El Troesma.
El 28 de marzo de 1935 inició, desde Nueva York, una gira latinoamericana que lo llevó a Puerto Rico, Venezuela, Aruba, Curazao, Colombia, Panamá, Cuba y México. Estaba acompañado, entre otros, por Alfredo Le Pera (autor de la letra de muchos de sus tangos), sus guitarristas Guillermo Barbieri, José María Aguilar y Angel Domingo Riverol.
A las 11 de la mañana del lunes 24 de junio de 1935, Gardel y sus compañeros de viaje se reunían en las habitaciones del Hotel Granada, dispuestos a partir hacia Cali en un avión expreso. Se dice que Gardel estaba más alegre, activo y movedizo que el resto, porque esperaba ansioso el fin de esa gira para regresar luego a la Argentina, donde proyectaba formar una productora propia. Una multitud se agolpó en las puertas del hotel y los fotógrafos tomaron las que serían sus últimas fotos.
El accidente fatal
Un choque de dos aviones, en el aeropuerto de Medellín, truncó la última presentación de la gira y el esperado regreso de Carlos Gardel a la Argentina. El avión en que viajaba Gardel, un trimotor Ford de la empresa SACO, se desvió en pleno carreteo de despegue y embistió a otro avión similar de la empresa de origen alemán SCADTA, que esperaba su turno para despegar, incendiándose ambos. La justicia dictaminó que las causas del accidente tuvieron que ver con las características de la pista y a un fuerte viento proveniente del sudeste.
Con su particular tono de voz, realizó más de 900 grabaciones de tango y de otros estilos musicales como folclore, milongas y rancheras. Vendió gran cantidad de discos y sus composiciones le dieron reconocimiento mundial. Todavía está latente la frase que mayor lo describe: «Cada día canta mejor».
FUENTE : MCA