Por un eclipse total, desde las 3 de la mañana, la Luna se tornó escarlata. Entre este año y el próximo, este fenómeno inusual se repetirá tres veces más, iniciando un ciclo llamado “tétrada de Lunas rojas”.
Este tipo de eclipses se producen cuando el Sol, la Tierra y la Luna quedan completamente alineados en fase de Luna llena. Sin embargo, la Luna, que se encuentra a unos 384 mil kilómetros de nuestro planeta, no desaparece de la vista. Se tiñe de un matiz rojizo cuando la atmósfera de la Tierra, al desviar la luz solar, actúa como una lente y filtra sus componentes azules, dejando pasar sólo la luz roja, la que se proyecta sobre la superficie del satélite selenita.