Colonia Noticias Noticias del Departamento de Colonia
Cruzada de los Treinta y Tres Orientales, 19 de abril de 1825.
El año 1824 concluyó con la gran victoria de Ayacucho (librada el 9/12/1824). Esta victoria que puso fin a la dominación española en América del Sur, fue celebrada en Buenos Aires con extraordinario júbilo.
Presenciaron estos festejos los emigrados orientales con el corazón embargado de dolor, al pensar que mientras los demás pueblos celebraban alegres su independencia, la patria oriental, gemía humillada bajo el yugo del orgulloso imperio brasileño.
Pero en aquellas grandes almas, no cabía el desaliento, y lejos de dejarse desanimar por el dolor, concibieron el audaz proyecto de volver al suelo patrio y libertarlo del yugo que lo envilecía.
Unos cuantos de ellos, celebraron la victoria de Ayacucho en el saladero de Don Pascual Costa, en Barracas (Bs As), del cual Lavalleja era encargado. En esa reunión de amigos expresó Juan Antonio Lavalleja, con palabras entusiastas, el deseo de emprender la libertad de la Patria del poder extranjero y todos respondieron animosos acompañarlo sin reservas en la admirable empresa.
Empezaron enseguida sus preparativos. Tenían que hacerlos secretamente, pues si bien el pueblo porteño simpatizaba con los orientales, no así el gobierno, el cual temía comprometerse con el Brasil.
Los principales iniciadores de la gloriosa empresa fueron los hermanos Juan Antonio y Manuel Lavalleja, Don Luis Ceferino de la Torre, Don Manuel Oribe y Don Pablo Zufriategui.
Concluidos los preparativos para la invasión, eligieron como jefe al valeroso soldado de Artigas, coronel Juan Antonio Lavalleja. Para no llamar la atención de las autoridades, embarcáronse de noche en dos lanchones, formando un total de treinta y tres hombres.
Después de no pocos trabajos, reuniéronse los dos grupos en la isla de brazo Largo, en el delta del Paraná, el 15 de abril. Desde allí pusiéronse de acuerdo con Don Tomás Gómez, y los hermanos Ruiz, vecinos de la Agraciada, para que le proveyesen de caballos a su desembarco.
En la noche memorable del 19 de abril de 1825, cruzaron juntos el río, pisando el suelo patrio cerca de media noche, desembarcando en la costa del Uruguay, jurisdicción de la Agraciada.
Allí Lavalleja desplegó al viento la inmortal bandera tricolor de los treinta y tres, en que campeaba el heroico lema LIBERTAD O MUERTE, y todos animados del más ardiente patriotismo, juraron “libertar la patria o morir en la demanda”.
¡Tan sólo treinta y tres hombres formaban aquella falange redentora, y su patria era dominada por cerca de 20.000 soldados brasileños!
Así con esa sencillez espartana describe uno de los héroes las horas más emocionantes del episodio sublime.
¡Pero eran treinta y tres almas viriles, treinta y tres héroes dispuestos a cumplir el sagrado juramento de LIBERTAD O MUERTE que prestaron al flamear por primera vez la tricolor bandera que habría de cubrirse de gloria en los cien combates por la libertad!
¡Patria! Es el nombre que a los labios brota:
El caro acento al oriental inflama,
Y lanza al viento la cadena rota!
(Aurelio Berro)
Los orientales de hoy, el pueblo uruguayo, comparado con otros pueblos de América y el mundo, continuamos siendo pequeños en número, pero hoy igual que otrora los ciudadanos libres de este país privilegiado llevamos en nuestro interior herencia de aquellos grandes héroes, la valentía y el amor a la patria que construimos día a día no ya con armamento bélico, sino con el tesón del trabajo diario, la educación y los valores que nos legaron tan admirables hombres.
Debemos amar servir, ser fieles a esa patria que nos legaron, la más bella, la más gloriosa, la más digna de nuestro amor, después de la del cielo.
Colegio Adventista Amiel
Maestra: Amalia Müller
Bibliografía: “Ensayo de Historia Patria” H.D
