El partido más importante, el histórico clásico del fútbol uruguayo, finalizó con empate a 1. Romero casi sobre el final de la primera parte había puesto en ventaja a Nacional, mientras que a falta de 10′ para el final del juego «El Vasquito» Aguirregaray, con un gol «de campito» puso el 1 – 1 definitivo.
Poco para destacar en un partido que de fútbol tuvo muy poquito; algo de Nandez en Peñarol; la sobriedad de Conde en Nacional y poco, poquito y nada. Los entrenadores todavía siguen sin tener claro a que jugar y lo que quieren. Munúa cambiando «el libreto sobre la marcha»; Bengoechea apostando a M. Novick en el final -lamentable- no lo quieren a Palacios sin dudas -muy bajo perfil- con la suerte de que zafó, sacando un punto que lo mantiene en la punta de un torneo muy generoso; donde indudablemente la campaña del resto de los equipos es de mediocre hacia abajo; lo que permite a los grandes -por un tema de infraestructura y despliegue nada más- estar al tope de las posiciones. Ahora nuevamente vendrán los versos, de que estos partidos no se juegan bien, bla, bla ,bla -¿cuando juegan bien preguntamos?- y ríos de tinta y horas de radio, justificando lo que todos vemos domingo a domingo.
La verdad un espectáculo muy pobre, para los que se dicen ser los dos mejores equipos del fútbol uruguayo. Fue empate, y…»a río revuelto» ganancia de Peñarol.